Esperar el último domingo del mes de mayo para celebrar el día de las madres es una apuesta amorosa y a la vez peligrosa para el bolsillo. Una madre se merece todo tipo de esfuerzos por parte de sus hijos con el fin de conseguir esa sonrisa cargada de amor y ternura. Sin embargo, para muchas personas puede llegar a ser una forma de endeudamiento en busca de conseguir el regalo perfecto y en algunos casos evitar el paso a una desilusión si no se consigue alegrar a la responsable de darnos la vida.
Es cierto que cualquier día es el perfecto para celebrar a mamá, pero cuando ya se le tiene una fecha agendada preparar el bolsillo podría resultar una tarea difícil.
Crear un presupuesto, poner a dieta la quincena o incluso pedir prestado son algunas de las ideas que pasan por la mente de los hijos, pero ¿Qué pasa con el cariño que se le debe dar a mamá a diario? En ocasiones se filtra toda la energía en un solo día y se puede llegar a olvidar que una madre no se cansa de darlo todo por sus retoños.
“Recibo lo que sea, cualquier cosa” cometa Francisca Peguero mientras terminaba de adquirir sus regalos. Explica que aunque el último domingo de mayo sea un día maravilloso para celebrar a quien se encarga de dar vida, los hijos tienen que ser buenos y obedientes con sus madres ya que todos los días son para celebrarla.
Enmanuel González considera que para alegrar a mamá lo importante es estar con ella y cargarla de amor.
Yanira Díaz expresa que todo en la vida hay que planificarlo ya que el calendario habla por sí solo y si se quiere regalar algo hay que presupuestarlo con tiempo.