PYONGYANG, Corea del Norte (AP) — Las nuevas sanciones internacionales cuyo objetivo es frustrar el programa de armas nucleares del gobierno de Corea del Norte tienen consecuencias inesperadas: han frenado las transferencias de dinero al pueblo norcoreano por parte de grupos humanitarios extranjeros que trabajan para ayudar a los más necesitados.
En vista de que algunas de las sanciones están enfocadas en las transferencias bancarias con el extranjero, algunas agencias se han visto obligadas a llevar maletas de efectivo a Corea del Norte desde el exterior.
Al mismo tiempo, algunas de las restricciones buscaban castigar a la élite norcoreana al paralizar la importación de artículos de lujo, como yates, automóviles caros y joyas, pero no parecen haber evitado que los poderosos sigan viviendo a lo grande en Pyongyang, la capital.
La mayor parte de las dificultades que padecen los grupos de ayuda están vinculadas con la decisión del Banco de China, estatal, de principios de este mes, de seguir el ejemplo de Washington y romper relaciones con el Banco de Comercio Exterior de Corea del Norte, la principal vía de recepción de fondos provenientes del extranjero para la mayoría de las organizaciones extranjeras, agencias de la ONU y embajadas en Pyongyang.
Con esa vía interrumpida, los trabajadores humanitarios en Corea del Norte dicen que se han quedado con pocas opciones para recibir divisas para sus gastos, como el pago de alquiler, las facturas y sueldos para el personal local.
Las sanciones no debían afectar a la ayuda humanitaria proveniente del exterior, pero seis organizaciones de ayuda con sede en Europa y con delegaciones en Pyongyang explicaron sus frustraciones en un comunicado emitido a principios de mes.
Ellas calificaron las dificultades experimentadas para la transferencia de dinero a Corea del Norte de un “gran problema” y advirtieron que podrían verse obligadas a suspender sus operaciones si no hallan la manera de recibir dinero.
Varias organizaciones no gubernamentales estadounidenses también trabajan en Corea del Norte, pero al entrar y salir periódicamente no tienen una presencia permanente.
Gerhard Uhrmacher, director del programa de ayuda humanitaria de la organización alemana Welthungerhilfe (ayuda para el hambre mundial), dijo que cuando cesaron las transferencias bancarias él se las arregló para que los proyectos continuaran mediante el enrutamiento de medio millón de euros (643.000 dólares) a las cuentas de ciudadanos chinos o norcoreanos en China para poder pagar materiales de construcción y otros bienes.
Agregó que Welthungerhilfe —una de las organizaciones que firmaron el comunicado y que trabaja en proyectos de agricultura y desarrollo rural en Corea del Norte— tiene algunas reservas en Pyongyang, pero que también ha tenido que recurrir a llevar efectivo al país en maletas.
“No da una buena impresión. Tratamos de ser transparentes, estar abiertos a todas las partes y ahora estamos más o menos obligados a hacer algo que realmente no parece muy correcto porque las personas que cargan mucho dinero en efectivo parecen sospechosos de alguna manera”, dijo Uhrmacher, que tiene su sede en Alemania y que ha trabajado en Corea del Norte durante los últimos 10 años.