La firma coreana Samsung se preparaba este martes para recibir un nuevo golpe a su reputación después de que una demanda colectiva lanzada el lunes congregara a cientos de usuarios perjudicados por el fiasco del dispositivo Galaxy Note 7.
El gabinete Harvest Law, con sede en Corea del Sur, inició el lunes los trámites para demandar a la empresa en representación de 527 usuarios del Galaxy Note 7, pidiendo 500.000 wons (440 dólares, 404 euros) para cada uno por el tiempo y los esfuerzos realizados cuando Samsung anunció que los dispositivos debían ser revisados, momento que terminó convirtiéndose en una pesadilla para los relaciones públicas de la marca coreana.
Aunque la suma de las demandas no es una gran cifra para una firma como Samsung, la demanda misma ilustra cómo el fiasco del Note 7 erosionó el prestigio de una compañía que está acostumbrada a ser tratada como una institución sagrada en su país natal.
El mes pasado Samsung anunció que 2, 5 millones de unidades del modelo Galaxy Note 7 necesitaban ser revisados, después de que varios usuarios denunciaran explosiones de la batería.
Cuando los dispositivos de recambio comenzaron también a tener problemas, la empresa anunció que suspendía la producción del aparato, una operación que supone un coste de miles de millones de dólares y que proyecta una imagen negativa de la marca.
El abogado de Harvest Law Peter Koh dijo que la acción colectiva se produjo por el enfado creciente de los consumidores.