En la redada más letal hasta la fecha sobre tropas ucranianas, insurgentes pro rusos atacaron ayer jueves un retén militar y mataron a 16 soldados, al tiempo que el primer ministro interino acusó a Moscú de intentar afectar las próximas elecciones de un nuevo presidente que saque de su crisis al dividido país.
Un jefe rebelde dijo que uno de sus combatientes también murió en la redada en el este de Ucrania, que dejó un macabro escenario de vehículos militares carbonizados y cadáveres chamuscados cerca del poblado de Volnovaja, unos 30 kilómetros (20 millas) al sur de la ciudad de Donetsk.
Los testigos, incluido un trabajador médico, indicaron que más de 30 soldados ucranianos resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad. Se libraban combates en por lo menos otras dos poblaciones.
El alzamiento armado y la ofensiva gubernamental para aplacarlo han opacado las elecciones del domingo, e incluso Kiev ha reconocido que será imposible realizarlas en algunas áreas.
En las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, donde los separatistas han declarado la independencia y prometido que harán fracasar los comicios, trabajadores electorales reportaron amenazas e interferencia por parte de los pro rusos armados.
El primer ministro interino Arseni Yatseniuk acusó a Rusia de profundizar el conflicto y de tratar de afectar las elecciones. En un mensaje en Facebook exhortó a celebrar una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU e indicó que Ucrania presentaría pruebas de la participación de Moscú.