“El eje de la lucha antiterrorista siempre ha sido la disponibilidad de combatir todas sus formas, sin dividir a los terroristas en ‘malos’ y ‘buenos’. Por desgracia, este principio ha comenzado a fallar”, afirma el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
En numerosas ocasiones este principio ha sido sacrificado en nombre de ‘aspiraciones coyunturales’ de derrocar un régimen en uno u otro país que Occidente consideraba indeseable”, ha asegurado el ministro ruso de Exteriores este 15 de septiembre durante la conferencia de Paz y Seguridad de Irak en París. El tema central del encuentro ha sido el avance de la milicia yihadista del Estado Islámico (EI) en el país.
Como ejemplos más recientes, Lavrov ha citado Libia y Siria. Según subrayó, el hecho de que los países occidentales cerrasen los ojos al auge del extremismo y estuvieran al lado de los radicales libios durante la lucha contra el régimen de Muammar Gaddafi sumió en el caos no solo a ese país, sino también a Estados vecinos como Malí. Desde el punto de vista del canciller ruso, declarar al presidente sirio Bashar al Assad hace más de tres años “ilegítimo” permitió al Estado Islámico fortalecerse y preparar su marcha contra Bagdad.
Según Lavrov, los éxitos de los islamistas en Irak y la amenaza de la desintegración se deben también a una política “extremadamente incorrecta” de EE.UU. en el terreno en la era post-Hussein, cuando “se ignoró por completo la realidad y las tradiciones del país”. “Para hacer frente a este desafío con eficacia, hace falta ser consciente de sus orígenes, su escala y elaborar una estrategia integral en sintonía (…). Consideramos necesario analizar las causas profundas y no solo los síntomas simples del auge del extremismo. Ahora es extremadamente importante sacar las conclusiones correctas de todos los errores del pasado”, declaró.