SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El expresidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario Márquez, declaró ayer que “en el momento oportuno” responderá adecuadamente a “todas las inquietudes” respecto a los equipos valorados en US$39.7 millones que fueron utilizados en las últimas elecciones.
Sin embargo, advirtió que no permitirá que “personas con agendas particulares, que no responden al interés nacional” le ubiquen a él “en un escenario o un foro que otros han diseñado”.
Rosario emite estos criterios en una declaración pública emitida este miércoles, a propósito de una información que da cuenta de que una evaluación realizada por la Dirección de Informática de la JCE determinó que no están aptos para ser usados en procesos futuros los equipos para la automatización del registro de concurrentes y conteo de votos utilizados en las recientes elecciones.
Según han publicado varios periódicos, dicha evaluación estableció que el desempeño de dichos equipos fue muy pobre, ya que un 36% de los colegios electorales no transmitió ningún dato y aproximadamente el 58% de las relaciones de votación del nivel C1 (voto preferencial) fueron procesadas de forma manual.
Sobre este caso, el Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo) solicitó a la Procuraduría General de la República que someta a la Justicia al expresidente de la JCE, Roberto Rosario Márquez, y a los demás ex jueces electorales. De su lado, el Bloque de diputados del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) pidió a la Cámara de Cuentas, que investigue la compra de los citados equipos.
La declaración
El siguiente es el texto de la declaración de Rosario Márquez:
“Hasta el día dieciséis (16) del mes de noviembre del año dos mil dieciséis (2016), ocupé la función pública de presidente de la Junta Central Electoral (JCE). Mis actuaciones, durante ese período, estuvieron y estarán expuestas al escrutinio público, mi deber como ciudadano responsable es dar el frente, rendir cuenta de mis actuaciones, como es mi costumbre, y dar las informaciones y explicaciones necesarias.
“Quienes me conocen, saben mi carácter y mi responsabilidad, no acostumbro a dejar ningún tema inconcluso y que no rehúyo, por difícil que sea la situación, a enfrentar y llevar la misma hasta el final. No hay razón para que esto, que es mi conducta de vida, cambie, por tanto, todos los ciudadanos pueden estar seguros de que, en el momento oportuno, responderé adecuadamente todas las inquietudes que se presenten.
Lo que no puedo ni debo hacer es permitir que personas con agendas particulares, que no responden al interés nacional, me ubiquen en un escenario o un foro que otros han diseñado.
Hay que permitir que fluya la información, que todo aquel que tenga algo que decir lo diga, que quien desee crear y difundir cualquier versión la propague, y cuando toda la información haya fluido y cada cual asuma de manera responsable, entonces hablaremos sobre el tema.
En Eclesiastés nos encontramos con la siguiente reflexión:
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora; tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz”.
Tuve la honra de presidir la gestión que ha dejado un legado indiscutible, sembrado y apreciado por todo el pueblo dominicano. Hay quienes consideran que la misma marcó un antes y un después, de ser así como todo en la vida, sé que esto genera reacciones.
Me corresponde defender ese legado, sin importar que la misma quiera ser barrida, borrada, desmeritada, la historia está ahí, y la registra”.