Santiago. – El robo de tapas y parrillas de los imbornales continúa siendo un problema grave en las calles y avenidas del municipio cabecera de Santiago de los Caballeros, afectando tanto a peatones como a choferes del transporte público. La Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) ha registrado la desaparición de alrededor de 3,000 tapas del alcantarillado sanitario, generando preocupación por la seguridad y el impacto económico de estos robos.
Preocupación ciudadana y peligro en las calles
La ausencia de estas tapas no solo afecta la infraestructura urbana, sino que representa un riesgo para los ciudadanos. Según Dominga Rodríguez, residente de Santiago, numerosas personas han resultado lesionadas tras caer en estos hoyos, especialmente en días de lluvia.
Sectores como Los Platanitos, El Ejido, Gurabito y la avenida 27 de Febrero son algunos de los más afectados por este delito. Los choferes del concho de Gurabito han manifestado su preocupación, denunciando que sus vehículos sufren daños cuando caen en estos orificios sin protección.
Medidas y acciones para frenar el hurto
Ante la magnitud del problema, Coraasan anunció que presentará formalmente una denuncia ante las autoridades competentes para que se inicie una investigación y se le dé seguimiento a los responsables del hurto. Además, la institución contempla la adquisición de nuevas tapas para mitigar la crisis actual.
No es la primera vez que se intentan tomar medidas contra este delito. En junio de 2021, durante la pasada gestión de Andrés Burgos, Coraasan, en conjunto con la Fiscalía de Santiago y la Asociación de Metaleros, realizó un encuentro para buscar soluciones a la sustracción de tapas de alcantarillado. En dicha reunión, los metaleros se comprometieron a denunciar a quienes intentaran vender tapas robadas, en un esfuerzo por frenar esta práctica ilícita.
Impacto económico, ambiental y social
El asistente del director general de Coraasan, Marcos Rodríguez, enfatizó que más allá del daño económico y ambiental, este delito representa un atentado contra la seguridad de las personas, con consecuencias que pueden ser fatales. Por su parte, Sandra Calderón, de la Unidad de Robos de la Fiscalía de Santiago, insistió en que se deben intensificar los controles en las zonas más afectadas y pidió la colaboración de los dueños de metaleras para denunciar a quienes intenten comercializar estas piezas sustraídas.
El robo de tapas de alcantarillado sigue siendo una problemática persistente que afecta la infraestructura y la seguridad de los santiagueros. Las autoridades buscan reforzar las medidas para erradicar este delito y garantizar la protección de los ciudadanos.