Por Ubi Rivas.
“En medio de la fértil,
Campiña Cibaeña
Bañada por las aguas .
Del Yaque dormilón,
Al sol siempre risueño
Sus calles extendidas,
Gorjea sus canciones
La Ciudad Corazón”…
Juan Lockward.
El vetusto diario La Información del 05-03-20l4 insertó una declaración del vice ministro de Medio Ambiente Mario Tejada.expresando que restaurar el moribundo en aforo y contaminación del otrora río Yaque del Norte involucra una inversión de US$l.800 millones, equivalentes a unos RD$90 mil millones, al cambio actual de 43 pesor por un dólar.
El Nacional del 07-03-20l4. en su portada, presenta una foto sobre cogedora y dramática del ex río Isabela, cubierto totalmente de lilas,, una revelación de ahogo, sofoco, inexistencia de oxígeno y muerte de sus aguas, porque las aguas, idéntico a los seres humanos, animales y vegetación, se mueren cuando carecen de oxígeno.
Ante esta horrible realidad de muerte de todos los afluentes del país, una tragedia nacional idéntica a la haitianización, la marginalización de gran numero de la población dominicana que en un 22% subyace por debajo de la pobreza, es decir, más de dos millones de diez que somos, y un l2% en pobreza, unos l.2 millones, , la gran interrogante es no solamente cuanto realmente cuesta devolver la lozanía al ex río Yaque del Norte y cuanto supone la influencia productiva de ese agónico afluente en la economía dominicana.
Yaque del Norte nace en el firme de la máxima eminencia de las Antillas , el pico Duarte y La Pelona o Rusilla, en la cordillera Central, convergiendo con las provincias de Santiago de los Caballeros, La Vega y San Juan de la Maguana, y configura una cuenca de 238 kilómetros de longitud, desembocando a tres kilómetros de la ciudad de San Fernando de Montecristi, cubriendo un área de 7,044 kilómetros cuadrados.
El otrora Nilo dominicano, comprende tres regiones de influencia, Alto Yaque del Norte desde su origen hasta Jarabacoa, donde conecta con el Jimenoa y tuerce hacia Santiago de los Caballeros; Yaque del Norte medio, desde Jarabacoa hasta Santiago de los Caballeros, y Bajo Yaque, desde Santiago de los Caballeros hasta Montecristi, irrigando todo el costado de la Línea Noroeste, en múltiples canales y regolas , y es el gestor de toda la riqueza agropecuaria de esa zona semi-desértica.
En ese contexto lo define el acucioso comunicador y protector del medio ambiente Geraldino González, en su importante opúsculo Ríos y arroyos de RD, página 25, donde precisa que Yaque del Norte nace en la vertiente norteña del pico Duarte en la cordillera Central, con 208 kilómetros de longitud, y en sus 70 metros cúbicos por segundo que se precipita sobre el territorio donde cursa, unos 7,800 metros cúbicos se originan en esa cuenca, la mayor de la isla Hispaniola, con una extensión de 6,890 metros cuadrados.
En el histórico informe que el 24-05-l924 presentaron al presidente Horacio Vásquez los doctores Miguel Canela Lázaro y Juan Bautista Pérez Rancier, consigna en la página ocho:
“Todas ñas lomas que bajan del fir me que circunda las cabezadas del Yaque del Norte a las cuencas de éste, hubo un incendio extensísimo en loma Rusilla, surtidero principal de los dos Yaque. Norte y Sur, Los afluentes o tributarios de Yaque del Norte son Jimenoa, Bao, Guanajuma, Guayubín y Maguaca, todos están esmirriados, escuálidos y con perfil de agostamiento alarmante é indetenible”.
Ya a la altura de l926, la cuenca de Yaque del Norte presentaba graves síntomas de desertificación por las depredaciones de conuqueros nómadas y la tala indiscriminada para aprovechar la madera de los pinares, sin que nadie nunca, ni gobierno alguno exigiera, repoblar las áreas deforestadas.
En l947 el ingeniero José Luna es el primero en medir el aforo, conforme redactó.
Yaque del Norte era navegable desde Mao hasta Montecristi, conforme describe Loyda Veras, op. cit. página 65-70, usando fuentes de una información del periódico El Diario de Santiago de los Caballeros del l7-04-l9l8, descrito así:
“”Durante siglos, el caudaloso Yaque del Norte ha corrido hacia el océano, ayudando al hombre para utilizarlo como vía fluvial, pero no había sido tomado seriamente en cuenta en ese sentido, hasta que el señor Eugenio María Huestia, ciudadano americano, consciente del valor que esta admirable arteria de comercio, que supone en conexión la más grande y próspera ciudad de nuestra República con el puerto marítimo de Montecristi, dedicó su atención al asunto”.
La primera travesía de vapor sobre el Yaque el Norte en el barco del mismo nombre se realizó el 08-03-l9l8, en plena ocupación militar del país por los Estados Unidos (l9l6-24).
El ciudadano norteamericano E.J. Peters se asoció a Huestia en esa empresa, y Peter dirigió coo capitán los movimientos del vapor Yaque del Norte que salió de Montecrfisti hasta que llegó al río , consigna Leyda Veras, op.cit. pág. 7l.
En l978 el entonces secretario de Agricultura, Hipólito Mejía, participó en una Mesa Redonda organizada por la subsecretaría de Recursos Naturales y el Club Rotario Rincón Largo de Santiago de los Caballeros, donde el ingeniero Eldom García precisó que el área de influencia de Yaque del Norte en ese momento, l978, era de 24 mil hectáreas ó el equivalente en tareas de 629.80 metros cada tarea, a un área mayor que la isla de Puerto Rico.
En ese seminario, el doctor Bernard Jorge Moschini, presidente de la Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI), categorizó que el origen de Yaque del Norte se ubica en el pico Duarte, extendiéndose por 296 kilómetros de longitud hasta alcanzar a tres kilómetros de la ciudad de Montecristi, formando una cuenca de 7,044 kilómetros cuadrados, siendo sus principales afluentes Jimenoa, Bao, Jagua. Amina. Mao y Guayubín. Le faltó Maguaca-
Esa mesa redonda se efectuó el 07-l0-78, estableciendo que Yaque del Norte discurre nítido, potable, cristalino, desde su nacimiento hasta ingresar a Jarabacoa, donde sus munícipes inciviles, encallecidos de conciencia ecológica y sensibilidad ciudadana, vierten toda suerte de sólidos, basura, botellas, fundas plásticas, porquerías, desechos de pocilgas y lertrinas y contaminantes que inician la gravísima polución del más importante afluente de la isla Hispaniola y el Caribe, sin que ninguna autoridad, ningún gobernante, detenga la barbarie de la muerte de Yaque del Norte.
Pero cuando Yaque del Norte ingresa a Santiago de los Caballeros, la contaminación inmisericorde y condenable a que es sometido por santiaguenses perversos y criminales, la agresión al afluente escala la clasificación de bandidaje desalmado agredido por peleterías que vierten sus desechos químicos a temperaturas altísimas, fábrica de cemento, zonas francas industriales, cientos de cañadas pútridas, convirtiendo al afluente en una cloaca pestilente, nauseabunda y moribunda.
El incivismo de esos desalmados industriales, las cañadas de los barrios, los arroyuelos de Nibaje y Gurabo, completan el ciclo mortal de asesinar las aguas de Yaque del Norte.
En diciembre 2003, el diario HOY conjuntamente con el Banco del Progreso, editaron un valioso trabajo de investigación de los periodistas Minerva Isa, Eladio Pichardo y Sorange Batista intitulado Huella de los ríos, y en su página 22 edifica que en las márgenes del Yaque del Norte a su paso por Santiago de los Caballeros. Residen más de 20 mil familias, con una media de de tres individuos por célula, representando más de medio millón de marginados, polucionando el lecho del afluente.
Consigna que tres arroyos de agua pútrida, Burano, Nibaje y Jacagua, descargan detritus de más de quince mil familias, hacinadas en las cañadas Del Diablo, y todo ese foco contaminante afecta directamente a Villa González, Laguna Salada, Castañuelas, Villa Vásquez hasta deembocar saturado de miasmas a tres kilómetros de Montecristi, contaminando playa Juan de B olaños hasta la bahía de Icaquitos, detrás de El Morro, y hacia el oeste hasta Punta Presidente y todo el litoral de manglares desde Montecristi.
Nota; Del libro 500 años de Santiago de los Caballeros, El Primer Santiago de América, del autor, próximo a etidar..