SANTIAGO.-A seis meses del decreto 57-18, del presiente Danilo Medina que crea la comisión para el ordenamiento y manejo de la cuenca del río Yaque del Norte, para su rescate, ese caudal se pierde de la vista de la población a su paso por Santiago, donde su caudal desaparece cada día, debido a los altos índice de contaminación.
De continuar de manera lenta, la ejecución del plan de rehabilitación, saneamiento, preservación y uso sostenible de la cuenca, como hasta ahora se percibe, la cura, podría resultar peor que la enfermedad, la cual por décadas extingue esta importante fuente acuífera.
La iniciativa cuenta con la participación de técnicos franceses y brasileños con vasta experiencia en esa área, según información, ofrecida por el Ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, publicada por el Listín Diario.
En sus declaraciones, en fecha posterior a la disposición del jefe de Estado, el funcionario explicó que en los aprestos para la elaboración del proyecto, técnicos de esas naciones han visitado el país para compartir sus experiencias, mientras que técnicos dominicanos también han viajado a Francia y Brasil para conocer proyectos de preservación de cuencas hidrográficas.
Lo cierto es que mientras eso llega, la poca agua que circula por el caudal luce cada vez más oscura y llena de basuras y desechos plásticos, que son lanzados de forma indiscriminadas por habitantes del entorno de sus riberas y las descargas de los pequeños afluentes que llegan con heces fecales y desechos de industrias y empresas.
Esta última disposición, forma parte de cientos que han sido tomadas, las cuales no han logrado detener el proceso progresivo de deterioro que desde hace muchas décadas, a decir del estado en que se encuentra dicho río.
Este importante caudal, además de suplir de agua potable a miles de familias, en la región del Cibao y el Noroeste, aporta el agua para el cultivo de miles de tareas, productoras de diferentes rubros agrícolas, que con cultivados a lo largo de su extensión, desde su nacimiento hasta su final, en la provincia de Montecristi.
Los proyectos implementados van desde reforestación hasta la concienciación de pobladores y agricultores que desarrollan actividades en las márgenes del afluente, el cual constituye un símbolo para la región del Cibao.