La Alcaldía de Managua, equipos infantiles de béisbol y la Juventud Sandinista rindieron un homenaje al fallecido y legendario pelotero puertorriqueño Roberto Clemente, estrella latina de las Grandes Ligas de Estados Unidos, en ocasión del 45 aniversario de su muerte.
Las autoridades que integran el Concejo Municipal celebraron un acto desde el monumento erigido a la memoria de Roberto Clemente, en el parque Luis Alfonso Velázquez, en Managua, donde colocaron ofrendas florales y se recordó su gesto humanitario.
Clemente, quien jugó 18 temporadas con los Piratas de Pittsburgh en las Grandes Ligas, murió el 31 de diciembre del 1972 mientras transportaba ayuda a los damnificados de un terremoto que azotó Nicaragua días anteriores.
El avión que trasladaba la ayuda a Nicaragua, a bordo del cual venía Clemente, se precipitó al mar y el cadáver del deportista nunca fue encontrado.
Clemente había estado en Nicaragua en noviembre de 1972 como director de la selección de Puerto Rico que participó en una serie mundial de béisbol que ese año se efectuó en este país centroamericano.
Durante el homenaje de este domingo, el vicealcalde de Managua, Enrique Armas, recordó que Clemente siempre mantuvo un gran aprecio por Nicaragua.
“Clemente hizo un acto de entrega para un pueblo que también le entregó su amor”, destacó Armas.
“Clemente hizo muchas amistades en el país y él no podía quedarse en su país luego de conocer la noticia de la destrucción de la ciudad que lo había aplaudido, ovacionado y atendido durante muchas veces, por eso, en reconocimiento a Roberto, nuestro Gobierno lo recuerda por siempre”, subrayó.
Durante el homenaje, el reconocido cronista deportivo nicaragüense Edgard Tijerino presentó su escrito “Clemente, Héroe Eterno”, en el que narra parte del legado y de cómo ha calado en la vida de muchos nicaragüenses.
“En el libro narro parte de esa experiencia vivida en la última entrevista que logré realizarle a Clemente, un hombre con tanto talento y con un gran sentimiento de solidaridad, aspectos que destaco en el libro y que muestra ese gran ser humano que era el pelotero”, explicó Tijerino.
El 30 de septiembre de 1972, Clemente se convirtió en el primer pelotero latinoamericano en la historia de las Grandes Ligas y el undécimo jugador en conectar 3.000 imparables, cifra que automáticamente lleva a cualquier jugador al Salón de la Fama, lo que sucedió en 1973, un año después de su muerte.
Ganó cuatro títulos de bateo, un premio de “Jugador Más Valioso” en las Grandes Ligas en 1966 y dos apariciones en la Serie Mundial, en 1960 y 1971.
En esta última, se ganó el premio al “Jugador Más Valioso” de la serie al batear .414 de promedio, convirtiéndose en el primer latino en ganarlo.
En los 14 partidos que jugó en la Serie Mundial conectó imparables.
Bateó para .317 de promedio de por vida y doce veces fue seleccionado al Juego de las Estrellas e igual número de veces fue “Guante de oro” en las Grandes Ligas por su excelente defensa.
