Se quita el guante derecho, el izquierdo se lo queda sin querer, sin pensar, solo sintiendo el destino. “Noooo”, había gritado Lewis Hamilton. Final de recta y la maravillosa unidad de potencia de Mercedes, esa que ve cerca la barrera de los mil caballos, se rompe, sale ardiendo, en llamas. Y el campeón del mundo tiene que parar. Abandona cuando era líder, cuando iba a volver a ganar. Y sale caminando, triste y abandonado esta vez por la suerte que tantas veces fue su amiga. Vuelve al paddock en un scotter malayo con el guante izquierdo aún en su mano. Y otra vez la Fórmula 1 demostrando que es un deporte mágico, de esos en los que todo puede pasar.
La victoria de Hamilton pasa a ser una batalla entre los dos Red Bull. Daniel Ricciardo, primero, Max Verstappen, segundo. Ambos con neumáticos recién puestos, blandos, nuevo el australiano, usado el holandés. Antes del momento Hamilton, Daniel aguantaba la presión de su compañero con gomas más frescas. Ahora todo está por decidirse. Tercero es Nico Rosberg tras una remontada increíble, pero con diez segundos de penalización por un toque con Kimi Raikkonen, que viene cuarto. Y un tal Fernando Alonso es séptimo. Salía último. Pero todo empezó de otra manera… A ver si soy capaz de contarles todo para que la vean sin verla. Y si lo han visto mejor. Por si acaso.
Fue espectacular desde la salida. Ahí con Hamilton desde la pole, el británico se va volando desde el principio, ajeno a la batalla. Y por detrás el cataclismo. Vettel intenta adelantar a Verstappen por el interior, tiene ganada la posición pero el holandés también va por la línea buena y se tocan. A su lado Rosberg que ha salido mal también recibe el toque y se queda con el coche girado por completo en mitad de la pista. Resultado: Max que sigue en carrera quinto, Nico último y Vettel fuera de carrera. En esos momentos Hamilton es líder con Ricciardo segundo, tercero Checo Pérez y Jenson Button cuarto. Por detrás Alonso que partía último se pone decimotercero y Sainz undécimo desde la decimosexta posición de partida. Increíble. En esos momentos sale el primer coche de seguridad virtual.
Cuando se va Alonso pasa a Ericsson, después a Sainz y a Grosjean y se pone noveno. Pero hay otro safety virtual. Carlos se queda en pista y es sexto en ese momento. Por arriba Hamilton sigue líder. Es la vuelta once. Así siguió todo hasta la vuelta 22 en la que entra Lewis y se pone líder Verstappen, que había entrado a cambiar con el virtual. Rosberg, en plena remontada, es quinto. Estamos en la vuelta 28 y Alonso, se queja de degradación, tiene 18 vueltas con el duro pero va más rápido que Hulkenberg y Button que van delante, en cualquier caso entra a boxes y pone el blando nuevo. Se pone duodécimo. Y empieza otra remontada, pasa a otros tres coches. Por arriba Hamilton vuelve al liderato después de que Verstappen hiciera su segunda parada y Rosberg que sigue volando pasa a Raikkonen, con toque incluido. Y de ahí la sanción de diez segundos. Era la vuelta 38 y todo parece tranquilo. La única batalla es por el segundo lugar entre los dos Red Bull. Pero…
Volvemos al inicio que es el final y a Hamilton con su motor en llamas. Alonso entra a cambiar neumáticos con el nuevo safety virtual y es séptimo. Carlos Sainz lucha por entrar en los puntos con Palmer, es undécimo. Ricciardo contra Verstappen, aguanta el australiano y gana su primera carrera del año. Genio Dan. Rosberg intentando encontrar más de diez segundos para conservar el podio con Kimi. Y lo consigue. Sigue líder, 23 puntos ahora con Hamilton. Cinco carreras para el final. Así terminó Sepang. Y con Alonso remontando quince puestos. Y Sainz en la orilla de los puntos. Y Hamilton, aún pensando qué hace con un guante en su mano izquierda…