Ambos llegaron a Buenos Aires en agosto de 1975 para desempeñar diversas funciones en la embajada de Cuba en Argentina, pero un año más tarde, con la represión en marcha, fueron secuestrados.
De acuerdo con la investigación, Cejas Arias y Galañena Hernández tenían, respectivamente, 23 y 26 años cuando fueron llevados al centro clandestino de detención “Automotores Orletti”, en donde sufrieron torturas.
La periodista y activista de derechos humanos Graciela Ramírez afirmó que los agentes de la CIA Michael Townley y Guillermo Novo Sampol vinieron especialmente desde Chile y Estados Unidos para torturar a los cubanos.
Agregó que Townley viajó desde Santiago porque pertenecía a la DINA, la temible policía secreta del fallecido dictador chileno Augusto Pinochet.
“Esto está en los testimonios del chileno Juan Manuel Contreras Sepúlveda, de la DINA, y fueron corroborados ante la jueza (argentina) María Servini de Cubría, que los tiene registrados”, dijo.
Ramírez destacó que se haya realizado “una gran investigación” para dar con el paradero de los diplomáticos cubanos, “ya que hay muy pocos testimonios de sobrevivientes de Automotores Orletti”.
El cuerpo de Galageña Hernández fue encontrado, mezclado con cemento y metido en un barril, el 11 de junio de 2012 en un predio ubicado frente a un aeródromo a orillas del Río de la Plata, en una localidad de la provincia de Buenos Aires.
Un año después, en la misma zona y en las mismas condiciones, se descubrieron los restos óseos de Cejas Arias.
La justicia argentina condenó a cuatro represores por el secuestro y desaparición de los cubanos, pero la participación de los agentes de la CIA quedó impune.
Actualmente en Argentina se lleva a cabo el primer juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco del Plan Cóndor, a través del cual las dictaduras sudamericanas coordinaron una sangrienta represión de los años 70 del siglo pasado.