SANTO DOMINGO. Odalis Mercedes tiene más de 30 viviendo en el sector Bonavides, una zona marginada del Distrito Nacional donde abundan las familias pobres que viven en hacinamiento y entre cañadas.
Sin embargo, a pesar de muchas de las precariedades que aún existen, la señora asegura que “las cosas están cambiando para bien”, principalmente porque muchas de las cañadas de la zona han sido tapadas.
De acuerdo con Juan Pipilo, presidente de la junta de vecinos de Bonavides, la Corporación de Acueductos y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) ha tapado más del 90% de las cañadas que hay en la parte alta de ese barrio, lo que ha mejorado el acceso al lugar, pues lo que antes eran grandes zanjas a cielo abierto, ahora son caminos por donde transitan los comunitarios y hasta vehículos de motor.
“Estamos contentos con los trabajos que se están realizando aquí. Ahora hay menos contaminación, porque cuando las cañadas estaban destapadas esto por aquí hedía mucho y la gente se enfermaba”, dijo Franklin de la Cruz.
El sector también luce limpio gracias a las jornadas de limpieza que realiza la comunidad una vez cada dos semanas, con la ayuda de brigadas de la CAASD.
Los moradores han manifestado sentirse bien con los trabajos que se están realizando y esperan que a los proyectos se les den seguimiento y se termine lo que falta.
“Estamos contentos con los trabajos que se están realizando aquí. Ahora hay menos contaminación, porque cuando las cañadas estaban destapadas esto por aquí hedía mucho y la gente se enfermaba”, dijo Franklin de la Cruz, quien asegura tiene más de 30 años viviendo en ese barrio de la capital.
Las mujeres del sector también dicen estar más tranquilas porque sus hijos pueden jugar libremente y ya no hay miedo de que caigan a la cañada y sean arrastrados al río.
De acuerdo con información de la CAASD, con los trabajos realizados en la cañada Altos de Bonavides se beneficiarán seis barrios de esa zona de la capital, que son La Ciénaga, Los Guandules, Guachupita, 27 de Febrero, Aguas Azul y María Auxiliadora.
Los trabajos incluyeron la canalización de 1,341.76 metros a través de un canal rectangular de 4.20 metros de ancho dividido por un muro central construido con hormigón armado.
La terminación de la obra consistió en canalizar hacia el río Ozama unos 400 metros faltantes, mediante la construcción de un alcantarillado tipo cajón de 4.20 metros por 2 metros lineales de sección. El proyecto comprende la construcción de 300 metros lineales de piedraplén de 0.80 metros lineales de espesor para la estabilización del fondo de la cañada, así como 260 metros lineales de alcantarilla tipo cajón de hormigón armado.
A pesar de que las cañadas fueron cubiertas, las aguas residuales van a pagar al Río Ozama sin ningún tipo de tratamiento y las tapas de las alcantarilla son removidas por los lugareños para depositar basura, lo que sigue contribuyendo con la contaminación de ese importante afluente, lo cual es la problemática que el presidente Danilo Medina había instruido atacar.