Un equipo compuesto por unos 30 bomberos, biólogos y voluntarios consiguió, tras 19 horas de trabajo ininterrumpido, colocar nuevamente hoy en el mar una ballena que estaba encallada desde el sábado en una playa de Arraial do Cabo, municipio en el litoral del estado brasileño de Río de Janeiro.
El cetáceo, de la especie yubarta y con cerca de 7 metros de extensión y unas 4 toneladas de peso, quedó atrapado en la arena de la Praia Grande, informó el Cuerpo de Bomberos del estado de Río de Janeiro.
La ballena fue desencallada hacia las 15.00 hora local (17.00 GMT) de este domingo tras los intensos esfuerzos de miembros del Cuerpo de Bomberos, agentes de la Guardia Marítima Ambiental y de la Defensa Civil y biólogos del Instituto Regional de Medio Ambiente.
Los trabajos exigieron el uso de una excavadora mecánica para cavar un hueco en la arena con el fin de que el animal pudiese recibir agua del mar y de dos embarcaciones, desde las que fueron haladas las cuerdas con que los socorristas envolvieron el cuerpo de la ballena.
Otro grupo de voluntarios, entre bañistas y pescadores, utilizó baldes y toallas para mantener la piel del cetáceo permanentemente mojada.
“Ella fue halada por una embarcación de pesca y una turística. Estaba bien y salió nadando directo hacia mar abierto”, aseguró Mauro Russo, agente de la Guardia Ambiental y que coordinó los trabajos.
Esta fue la cuarta ballena encallada rescatada de las playas del estado de Río de Janeiro desde agosto pasado. Las otras, tres ejemplares jóvenes igualmente de la especie yubarta, fueron retiradas de la arena en playas de las ciudades de Buzios, Sepetiba e Ilha Grande.
Según datos divulgados este mes por los biólogos del Proyecto Ballena Yubarta, al menos 97 ballenas encallaron entre enero y septiembre de este año en diferentes playas de Brasil, el mayor número para el período desde que los casos comenzaron a ser contabilizados en 2002.
El aumento de los casos es atribuido al crecimiento de la población de ballenas en aguas brasileñas y a una disminución de krill, los pequeños crustáceos de los que se alimentan.
Según explicó Milton Marcondes, coordinador del Proyecto Ballena Yubarta, la mayoría muere en el mar y es llevado por las corrientes hasta la arena de las playas.
Marcondes resaltó que “en 2002, la población estimada era de 3.400 ballenas de la especie yubarta, mientras que en 2015 ya pasaba de los 17.000. Con una población mayor, hay más posibilidades de que queden encalladas, tanto por causas naturales (enfermedad, edad, ataques de predadores) como por causas relacionadas al ser humano”.
Las yubartas recorren por esta época el litoral brasileño procedentes de la Antártica debido a que buscan las aguas calientes frente a la costa de los estados de Bahía para reproducirse.