GINEBRA. La República Dominicana ocupa el lugar 79 entre 127 países, según el Índice Mundial de Innovación publicado hoy por dos centros de estudios y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Este ránking mundial está encabezado por Chile y Costa Rica, que son un año más las economías latinoamericanas más innovadoras, seguidas de México, aunque han perdido posiciones con respecto a 2016.
La clasificación de la OMPI y la Universidad de Cornell de EE.UU., así como de la escuela de negocios francesa INSEAD, evalúa la situación en 127 economías mediante docenas de parámetros, que van desde la presentación de solicitudes de patentes al gasto en educación y está encabezada por Suiza, Suecia, Holanda, EEUU, el Reino Unido, Dinamarca, Singapur, Finlandia, Alemania e Irlanda.
Chile se sitúa en el ránking mundial en el puesto 46, lo que significa dos posiciones menos que el año anterior, en tanto que Costa Rica ha perdido incluso ocho puestos, hasta el 53.
México sin embargo, el tercer país latinoamericano en el ránking, ha escalado tres posiciones, hasta el puesto 58.
Le siguen Panamá (63), Colombia (65), Uruguay (67), Brasil (69), Perú (70), Argentina (76), República Dominicana (79), Jamaica (84), Paraguay (85), Trinidad y Tobago (91), Ecuador (92), Guatemala (98), El Salvador (103) y Honduras (104), en tanto que Bolivia, el último país latinoamericano en el ránking, se sitúa en el puesto 106.
En los últimos años, las clasificaciones del Índice Mundial de Innovación en la región no han mejorado significativamente con respecto a otras regiones, y actualmente ningún país de América Latina y el Caribe presenta mejores resultados en innovación con respecto a sus niveles de desarrollo.
El informe destaca que las principales economías de América Latina y el Caribe (Chile, México, Brasil y Argentina) presentan resultados particularmente importantes en lo que respecta a instituciones, infraestructura y desarrollo empresarial.
Chile, México, Brasil y Argentina presentan asimismo buenos resultados en cuestiones relativas a capital humano e investigación, como pueden ser la calidad de las universidades, el número de estudiantes que siguen estudios superiores y la existencia de empresas internacionales de Investigación y Desarrollo (I+D), y a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).