SANTO DOMINGO. De ser necesario se podría jugar béisbol antes del martes, en cuanto al terreno de juego se trata, pero los trabajos de remoción que se realizan en el siniestrado Séptimo Cielo del Estadio Quisqueya, mantienen la fecha de juego acordada para el próximo martes.
Ese día se enfrentan los dos equipos que comparten el parque capitalino; los Leones del Escogido jugarán de visitante ante los Tigres del Licey.
Personal del Ministerio de Obras Públicas y Comunicación (MOPC), 300 en total, laboraban ayer removiendo los escombros que resultaron del incendio del pasado miércoles 27 y que consumió material de transmisión de radio y televisión, asientos, computadoras.
El viceministro de Obras Públicas, ingeniero Ramón Pepín señaló que se trabaja en desmontar toda la estructura dañada “y lo que representa cualquier peligro” de forma que no quede “un elemento suelto que afecte a los fanáticos que asistan al Estadio Quisqueya, una vez reabierto.
El trabajo que se realiza en el Séptimo Cielo conlleva dos fases que son “botar y remover las áreas afectadas” y luego “analizar y reforzar donde haya que reforzar” con el fin de que ningún objeto, una vez abierto el parque de pelota, se desprenda de ese lugar.
Para mover el esqueleto de la estructura se ha utilizado soplete con acetileno, palas, picos, escobillón y carretillas.
Grada central
Pepín dijo que el área inmediatamente subyacente del Séptimo Cielo está “intacta”, además de que “ahí ni la pintura se afectó”.
La parte estructural del techo de la cubierta de la gradería central no sufrió daño de consideración y en eso ayudó el hecho de que el “Séptimo Cielo está construido como un satélite”, dijo Pepín, refiriéndose a que no está directamente colocado o adherido al techo de la gradería central.
Precisó que por ahora el Séptimo Cielo será pintado y que se plantea colocar una lona que cubra toda la parte afectada con el objetivo de que se mantenga la estética del estadio.
Insistió en que la remoción de toda el área afectada estará lista para el domingo, pero aclaró que la estructura permanecerá ahí y que una vez termine la temporada de béisbol, entonces se procederá a desmantelarlo, básicamente como medida de precaución y será construido, otra vez, pero más moderno.