REDACCIÓN. El Canciller de la Hacienda del Reino Unido, Philip Hammond, ha propuesto un controvertido impuesto para combatir la contaminación en las principales ciudades con lo que se persigue reducir la contaminación del aire y acelerar la transformación de los vehículos a eléctrico.
El impuesto se basará en las emisiones de dióxido de carbono y en la antigüedad de los carros diesel, pero no afectaría a las “van blancas”, que son los automóviles utilizados por los negocios medianos y pequeños.
Las emisiones pueden alcanzar hasta 500 libras esterlinas por años en los carros.
Durante el anuncio del impuesto, el canciller sostuvo que cuando surjan los nuevos vehículos con tecnología más limpia, estos vehículos no serían impactados.
Pero advirtió que el futuro del motor está en los vehículos eléctricos y los de conducción autónoma.