En sentido general, un ecosistema es el conjunto de organismos vivos (microorganismos, animales y plantas) que dependen unos de otros, así como del medio físico (suelo, agua, clima) en el que viven. Como ejemplos de ecosistemas tenemos: el mar, los arrecifes, los lagos y los ríos; los bosques, los desiertos, los terrarios.
Cada ecosistema tiene sus propias especies. Dentro de él se mantiene un equilibrio, gracias a que cada especie utiliza una serie de recursos para adaptarse.
La biosfera está constituida por este conjunto de ecosistemas y cada uno de ellos integra otro más grande. De esta manera, llegamos al Ecosistema Global que es todo el planeta.
Al analizar el ecosistema global podemos dimensionar y diferenciar que un ecosistema está constituido por seres vivos, y que también está formado por seres no vivos. Tal cual dijimos; los seres vivos los agrupamos en conjuntos como plantas, animales y microorganismos. De igual forma, se agrupan los seres no vivos, como la energía solar, la energía eólica, la energía marina, el agua, el suelo y el aire.
Hoy día, podemos darnos cuenta con mayor amplitud, que los diferentes seres que habitan el universo están en capacidad de producir energía, como vemos el sol genera la energía solar, el agua genera la energía hidráulica, el viento genera la energía eólica, y el mar, tanto por sus olas como por sus cambios de temperatura, genera también energía.
Es muy común el decir, que la mejor energía es la que acabamos de mencionar, porque se conoce como “Energía Limpia”, pues, en general, y bien aplicada podemos darlo por cierto, pero tenemos que hacer la observación: “la utilización inadecuada de estas energías puede producir contaminación”.
De este concepto poco se ha hablado en el país, pero es nuestro deber decirlo, al tiempo que enumeramos sus muchas ventajas, como la capacidad de generar energía sin hacer daño a la naturaleza en general; que es la energía que sale más económica y, también, que su combustible lo encontramos gratis en el ecosistema. Las bondades del medioambiente, como el agua del mar, el agua de los ríos, el agua de los lagos, el sol y el aire, etc. son las llamadas riquezas que no nos cuestan nada, pues son un aporte de la madre naturaleza. Los economistas las llamamos, como no nos cuestan nada, “ventajas comparativas o económicas externas”, a partir de las cuales producimos riquezas sin que esta materia prima nos cueste nada.
Pero, cualquier mal uso de esta materia prima energética, si en su proceso de producción no se toman las medidas de lugar, puede generar contaminación; por lo que debemos tener presente que, “la extinción de las especies está en nuestras manos”; y al producir cualquier tipo de esta energía limpia evitar la contaminación. La naturaleza es un gran ecosistema donde entra y sale energía, por lo cual hay que luchar siempre por mantener su equilibrio.
Ya estamos en condiciones de entender más fácilmente qué es el ciclo energético de un ecosistema. Dentro de los ecosistemas todos estamos relacionados: plantas, animales, suelos, climas y seres humanos, por lo cual formamos un sistema donde la materia va circulando de las plantas, gracias a la energía del sol, a los animales, a los seres vivos, al agua, al aire y todos estos, al desaparecer, vuelven a los suelos y a las plantas nuevamente, completando, de esta manera, el ciclo de vida.
“La vida es algo que ocurre mientras estamos ocupados haciendo otra cosa” no la destruyamos, respetemos la vida de otros seres. Ahora, amigos lectores, académicamente, estamos en condiciones de exponer los que consideramos son los indicadores que nos ayudarán a medir los logros que se derivan de este tema de los ecosistemas:
– Analice la estructura del sistema.
– Identifique los componentes del sistema.
– Reconozca los problemas ambientales producidos por el ser humano.
– Diseñe modelos ecológicos como acuarios, terrarios, huertos escolares y otros.
– Analice el equilibrio de la naturaleza, a través de la cadena energética y alimentaria.
Con el análisis, la planificación y definición de estos indicadores será sumamente sencillo y fácil, concebir los ecosistemas ideales, sin el impacto del hombre. Podemos llamarlos, entonces, “ecosistemas naturales”, los cuales han existido siempre, de forma natural, y se han perpetuado en la tierra por millones de años, por lo cual se dice que el “hombre es comparativamente un recién llegado a escena”.
He ahí donde el hombre, en su forma productiva y reproductiva, vive y se desarrolla, a través, de la agricultura, la agropecuaria, la industria, la transportación y el comercio o intercambio. Está relacionado con esta cultura de vivir y producir para existir; totalmente relacionado con los ecosistemas, por lo cual debe y tiene que estudiar y ver su hábitat y los sistemas naturales, es decir sostenibilidad, por ello debe de apropiarse de una ética de principios y moralidad, es decir, de un conocimiento claro y definido que reconozca la obligación y el compromiso de restaurar los ecosistemas. La educación y la cultura son las fuentes que documentan al hombre, explicándole que hasta al no hacer nada en contra, al no cometer ningún abuso, ya está restaurando. Por ejemplo, con solo suspender el derrame de contaminantes mejora la calidad del agua, ahí mismo se inicia el retorno paulatino de los peces y crustáceos. Así también, en áreas de bosques y fundos destruidos, quemados y talados, el hombre puede acelerar su recuperación si siembra plantas y semillas, y reintroduce las poblaciones de animales eliminados.
En los Estados Unidos de Norteamérica existe la Ley de Especies en Peligro de Extinción, gestionada a través del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de los Estados Unidos, agencia que, en la actualidad, desarrolla numerosos programas destinados a elevar las poblaciones de las especies amenazadas. Por ejemplo, han desarrollado de forma extraordinaria la crianza en cautiverio de diversas especies, para reintroducirlas en sus hábitats originales.
Aquí, en República Dominicana, aunque no existe una ley específica como la mencionada anteriormente, sí existen criaderos artificiales y normales para la reproducción más que todo, y hasta donde sabemos, solo de peces, los cuales cuando alcanzan un estado de salvación o de determinada edad, se sueltan en las presas y lagos, pero no en los ríos y mares, hábitat más amplio; y realmente en los ríos y en las costas marinas es difícil ver la existencia significativa de peces y crustáceos. Sería conveniente tener en cuenta las demás especies, tanto de la flora como de la fauna, pues prácticamente sentimos la inexistencia de ciertos animales, aves, flores y árboles, por lo cual entendemos que se hace necesario una legislación que incluya todo lo que hemos comentado.
Además, esta ley que proponemos, debe contener otra parte que cubra los aspectos de reconocimiento a las posibilidades de restauración de cualquier ecosistema, principalmente, en estas tres áreas:
1°- que los factores abióticos que no hayan sufrido alteraciones o que sea posible devolverlos a su estado original sean protegidos;
2°- que las especies, consideradas de importancia, sean distribuidas y redistribuidas de acuerdo a la viabilidad natural, y
3°- que el ecosistema no sea trastornado con la introducción de una o más especies extrañas, que no sea posible eliminar y que impidan el regreso de las especies nativas.
Es importante tomar en cuenta estos numerales puesto que vemos, casi permanentemente, estos problemas, lo que se hace difícil la posibilidad de restaurar un ecosistema, por completo, a su estado original. El impacto negativo del hombre se evidencia cada vez más: hay aves y animales que los campesinos y productores agrícolas persiguen para eliminarlas porque les hacen daño a sus cosechas, por ejemplo, la cigua mamonera y la denominada “Madam Sagá”, que se alimentan de los frutos del arroz y de otros árboles, cuando sus frutos están en estado de maduración, como son los naranjos, el aguacate, los nísperos, zapote, etc. también, los carpinteros a la caña, en cualquier tiempo o estado, al palmito, al cacao, al mango y otros.
En consecuencia, en nuestro país se utiliza la fumigación para eliminar estas especies, lo que, además, produce efectos nocivos sobre los insectos que ayudan en el proceso de floración generando, también, cambios en su hábitat, lo cual no les permite cumplir con el rol que cada especie desempeña.
El Congreso de los Estados Unidos tuvo 104 legislaturas para preparar un inventario acerca de su biodiversidad y eliminar la encuesta biológica nacional. Así esperamos suceda en nuestro país, que se prepare un estudio con alcance nacional y se haga todo lo posible por cubrir el territorio nacional y el espacio de Haití. Para que una medida o legislación sea efectiva debe abarcar ambos territorios ya que comparten el hábitat de muchas de las especies por estar en la misma Isla y tienen muchos problemas en común, evidenciando la globalidad del ecosistema, el cual tiene mayor primicia por el clima, los mares, y la producción agrícola con los mismos rubros, principalmente, arroz, banano, café, etc., rubros que son afectados por las mismas plagas que producen el mismo efecto, y se utilizan los mismos insumos para su eliminación o defensa.