CARACAS, Venezuela (EFE).- El Gobierno de Venezuela redujo este martes la jornada laboral ante la ola de calor que este mes registra picos de temperaturas de hasta los 45 grados, con una sensación térmica cercana a los 50 grados, lo que ha disparado el consumo eléctrico.
Jorge Arreaza, vicepresidente del Ejecutivo del presidente Nicolás Maduro, y el ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, manifestaron en una rueda de prensa conjunta que la jornada laboral en el sector público deberá ser continua y comenzará a las 07.30 hora local y acabará a las 13.00 horas (11.30 – 17.00 GMT).
Entre ayer y hoy, el consumo de energía eléctrica, principalmente con el uso generalizado de aparatos de aires acondicionado, ha sido “bastante significativo” y pasó de alrededor de 16.000 a 18.000 megavatios, informó Arreaza.
Se trata de un salto de alrededor de 2.000 megavatios que, en el sector estatal, dará paso a “severas y rigurosas” inspecciones para obligar al ahorro, advirtió.
Los servidores públicos deben ser “mucho más comedidos y moderados” en el uso de la energía eléctrica, lo que también vale para los 30 millones de habitantes del país, exhortó el vicepresidente.
Chacón recordó a su vez que 2014 fue para Venezuela “el año más seco de los últimos 60 años” y que las secuelas de ello aún perduran.
Ello mantiene los embalses generadores de energía hidroeléctrica en cotas bajas que no se compadecen con el pico de hasta 18.300 megavatios de consumo, advirtió.
La reducción de la jornada laboral en el sector público exceptúa a los sectores educativo, policial, de la salud, de la fabricación de alimentos, generación de agua potable, petróleo, gas, así como recolección de basura, transporte y banca, entre otros, detalló.
El ministro también dispuso que las industrias y otras empresas privadas “optimicen la autogeneración de energía” con equipos propios.
Colombia tiene el doble de habitantes que Venezuela y su generación eléctrica es menor, de alrededor de 14.000 megavatios, pero “no tiene problemas”, destacó Chacón.
Los habitantes de Colombia tienen “una cultura de consumo” mayor que los venezolanos que, entre otras cosas, agregó, gozan de la tarifa “más económica del mundo” y eso alienta la demanda.