La Vega.- El corresponsal de El Nacional aquí denunció que integrantes de una alegada red de estafadores intentaron timarlo mediante llamadas telefónicas en las que le informaron ser ganador de 150 mil pesos y un moderno aparato celular por el supuesto cúmulo de llamadas realizadas en la telefónica de que es cliente.
En su denuncia, el periodista Dionicio Alberto agregó que, en el transcurso de varias horas, el pasado viernes 5 de los corrientes, un individuo insistió en su afán de llamarlo a su celular, indicándole que debía poner varias recargas a dos números de celulares indicados por ellos, para asegurar el premio mediante un alegado código.
Con voz pausada, le indicó que debía ser discreto “porque una suma de dinero así, trae mucho interés en terceros”, y que se dirigiera al puesto de venta de recargas más cercano para “darle” dicho código a la vendedora.
Alberto decidió investigar y simuló haber llegado al centro de recargas, y en combinación con un amigo al que comunicó la situación, aceptó la propuesta, cedió su celular al amigo para que captara el presunto código que procedió a dictarle el supuesto timador.
No hay tal código; lo que hizo el individuo fue decirle al amigo del periodista, que por orden de Dionicio Alberto le pusiera sendas recargas a dos números de celulares diferentes, de 450 y 350 pesos. Dionicio tiene ambos números registrados, pero no los ofrece por razones de ética.
Dijo que llegado el momento podría publicar dichos números, si con ello queda al descubierto la trama de timarlo y se lograra desmantelar dicha red de estafadores que lleva mucho tiempo engañando a incautos, sin que la Policía haya logrado descubrir a sus integrantes.
Tras ver que no le llegaba el aviso de las recargas, el individuo llamó insistentemente, pues se le comunicó que el sistema se había “caído”. Entonces le pidió a Alberto dirigirse a otro centro de venta de recargas, porque tenía que suministrar el alegado “código secreto”.
Dionicio Alberto alertó a la ciudadanía a no dejarse engañar por esos estafadores, mediante ese y otros trucos mafiosos, a través de llamadas telefónicas, muchas de las cuales son realizadas por reclusos que purgan condenas en distintas cárceles del país.