LA VEGA.-El rector de la Universidad Católica Tecnológica del Cibao (UCATECI) exhortó a la población y en particular a la juventud y a los estudiantes a que imiten el amor y la entrega a los ideales patrios que enarboló el patricio Juan Pablo Duarte.
El presbítero Julio Martín Castillo Mejía hizo la exhortación al dejar abierto un acto con motivo del 202 aniversario del nacimiento del fundador de la patria dominicana, con la asistencia de cientos estudiantes de la academia y del colegio Santo Tomás de Aquino, adscrito a la UCATECI.
Dijo que el amor y la entrega del patricio a la causa de la emancipación del territorio que surgió con el nombre de República Dominicana, tuvo en el alma de Duarte la categoría de un apostolado innegociable, lo que interpretó cabalmente el arzobispo Portes al saludarlo con aquel “¡Salve Padre de la Patria!”., cuando el pro-hombre regresó del ostracismo al que fuera sometido, reintegrándose a la patria por un poco de tiempo.
Motivó a cientos de jóvenes reunidos en la parte frontal de la casa de estudios superiores, a que profundicen en el pensamiento del patricio, de manera que logren empoderarse del mensaje profundo y positivo que comunica a sus compatriotas, en cada frase y concepto expresados por él. “Así podremos siempre valorar el supremo concepto de Patria,” refirió., pues la patria no es “un simple romanticismo, sino que debe compelirnos a cumplir puntualmente nuestros deberes con la nación,” agregó.
“Nadie valora lo que tiene hasta que lo pierde,” sentenció el académico, para a seguidas indicar que “eso lo entienden las personas (que por necesidad) emigran al extranjero.” Un ejemplo: muchos dominicanos a los que les hace mucha falta el terruño, la familia, su entorno, su gente el idioma, todas las costumbres que le daban forma y razón de ser a su esencia como nativo de este pueblo antillano, manifestó.
Castillo refirió que personas de otros países, notan esa nostalgia y sentir de muchos dominicanos que viven en Estados Unidos, así como los sintió Duarte ausente de la patria por el odio, el temor, desprecio y la intriga de los coterráneos que controlaban el poder político de la nación, manteniéndolo en el abandono y el olvido.