Por: Misael Pérez Montero.
Asturias, España. El poeta e historial dominicano, Juan Colón; fue homenajeado, a través de un poema escrito por parte de su homologo Benedicto Cuervo, debido a la riqueza lingüística que este aporta a la lengua castellana.
Las obras de este poeta dominicano no solo han conquistado al público de habla hispana, sino que también han conquistado países de habla no hispana como: San Petersburgo-Rusia, Italia, Holanda, Bélgica, Francia, Portugal, New York-Estados Unidos, etc.
Benedicto, poeta e historiador Asturiano, dijo que anterior a escribir el poema escuchó a amigos y poetas hablar de las poesías de Colón y de cómo su presencia poética ha conmovido y enriquecido la vida de muchos lectores en todos estos años.
“Llegaste amigo Juan desde la República Dominicana a España, sin apenas hacer ruido…..” fue como el escritor de Asturias-España inició la escritura de su poema: DESDE EL MAR CARIBE A ESPAÑA. Al ser preguntado,Cuervo; sobre la importancia que podría tener este poema, contestó diciendo que la carga emotiva impregnada en el escrito es el reflejo de que el ser humano por antología aun posee la virtud de la nobleza.
Por su parte; Colón; se mostró honrado con este poema y se refirió diciendo que no hay mayor halago que ser reconocido por sus iguales “poetas”. También hiso un llamado a todos los jóvenes del mundo para que mantengan y potencialicen el habla “Castellana” por su gran riqueza lingüística.
“Os dejo el escrito para su disfrute”.
DESDE EL MAR CARIBE A ESPAÑA
Por: Benedicto Cuervo.
(El Autor es poeta e historiador en la ciudad de Asturias-España)
A mi amigo el poeta Juan Colón
Llegaste amigo Juan
desde la República Dominicana a España,
sin apenas hacer ruido
en la capital del reino estabas.
Trajiste el sol caribeño,
la sonrisa, el gusto, la elegancia
y unos versos infinitos
con mar sediento
de amores con paisajes exóticos
y tierras lejanas.
En Madrid participaste
con otros poetas de España
y de países amigos a nuestra Patria
en un recital poético
en el barrio La Latina,
en la librería Pandora
sita en el casco antiguo
de los Austrias.
Allí tuve el honor de conocerte,
de sentarme incluso, en la mesa
donde tú estabas junto a Zelada
y escuchar cómo en tu poesía
se batía el mar,
cómo la calandria cantaba
y cómo las buganvillas
se abrían en primaveras aladas.