Los combates causaron estragos este jueves en Alepo, la segunda ciudad de Siria, donde rebeldes y tropas leales a Bashar al Asad se preparaban para un choque frontal, calificado por los medios favorables al régimen de posible “madre de todas las batallas”.
Una fuente de la seguridad siria dijo a la AFP que el ejército concentraba fuerzas alrededor de Alepo para lanzar una ofensiva inminente de gran envergadura destinada a recuperar el control de la ciudad.
“Las fuerzas especiales fueron desplegadas el miércoles y jueves en el sector este de la ciudad y llegaron para participar en una contraofensiva generalizada el viernes o el sábado” contra Alepo, donde los rebeldes tomaron el control de algunos barrios, puntualizó la fuente.
Según ella, entre 1.500 y 2.000 rebeldes llegaron a Alepo provenientes de otras zonas para ayudar a los alrededor de 2.000 insurgentes ya presentes.
La inminencia de la contraofensiva también fue confirmada por opositores.
“Llegaron refuerzos militares a Alepo y esperamos en cualquier momento una gran ofensiva, sobre todo en las regiones periféricas del sur, del este y del oeste”, dijo desde Beirut a la AFP el portavoz del Ejército Sirio Libre (ESL) en Alepo, el coronel Abdel Jabar al Okaidi, contactado a través de Skype.
Si Alepo cae, “el régimen está acabado y los dos adversarios lo saben”, estimó el miércoles Rami Abdel Rahman, presidente del opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede el Londres.
Por su parte, el diario Al Watan, cercano al régimen, titulaba este jueves: “Alepo, la madre de todas las batallas”.
En tanto, en Damasco, donde las fuerzas del régimen parecían haber retomado el control de la mayoría de los barrios, estallaron enfrentamientos este jueves en el campo de refugiados palestinos de Yarmuk, situado en el sur de la capital, según habitantes y los Comités de Coordinación Popular.
En este contexto, los opositores al régimen volvieron a llamar en su página Facebook a manifestarse el viernes, como todas las semanas, apoyando el “levantamiento de las dos capitales” y afirmando que “la guerra de liberación continúa”.
También se registraron actos violentos en la provincia de Deir Ezor (este), donde dos personas murieron, y en la ciudad de Hama (centro), donde dos civiles fallecieron por disparos contra su coche, según el OSDH, que estimó que unas 50 personas, civiles en su mayoría, murieron este jueves en todo el país.
En el plano diplomático, Arabia Saudí propondrá en los próximos días a la Asamblea General de la ONU adoptar una resolución sobre la amenaza de Damasco de utilizar sus armas químicas en el caso de una intervención extranjera, según el embajador saudí en la ONU.
Esta iniciativa de Arabia Saudí, que, como otros países del Golfo, apoya a la oposición siria, se produce tras fracasar el pasado jueves 19 de julio en el Consejo de Seguridad la tentativa de aprobar una resolución que amenazaba a Damasco con nuevas sanciones.
Rusia, socio de larga duración del régimen sirio, vetó por tercera vez junto a China esa resolución.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó el miércoles a la comunidad internacional a detener la “matanza”, aunque la mitad de los 300 observadores de la ONU abandonaron Siria, según un responsable de las Naciones Unidas, sin que su presencia haya servido para terminar con la violencia.
Más de 19.000 personas murieron desde el comienzo, en marzo de 2011, de las protestas contra el régimen que se fueron militarizando a lo largo de los meses.
Varios policías sirios detenidos tras el asalto de miembros del opositor Ejército Sirio Libre a una comisaría, el miércoles 25 de julio en la ciudad de Alepo, la segunda del país, donde combaten las fuerzas del régimen y de la oposición.
Miembros del grupo yihadista Shura Taliban Islam controlan el puesto fronterizo Bab al-Hawa entre Siria y Turquía el 21 de julio de 2012.
Localización de los principales enfrentamientos en Alepo, motor económico de Siria