Con reinicio de intercambios comerciales, las aguas retornan a su nivel
Por Félix Jacinto Bretón
Tras la tempestad, la calma parece regresar –aunque poco a poco- a la frontera dominico-haitiana. Este lunes el mercado binacional que se realiza cada semana, comenzó a operar de nuevo y cobro su ritmo habitual, según las informaciones procedentes de Dajabón y otras comunidades limítrofes.
Aunque se mantiene la prohibicion de llevar hacia el vecino país huevos y pollos, los haitianos pudieron ingresar a territorio dominicano y comprar y vender otras mercancías, como están acostumbrados.
La crisis va poco a poco superándose luego de álgidos momentos en que se llego a temer, incluso, por un rompimiento de las relaciones entre Santo Domingo y Puerto Príncipe, que es lo que han añorado por años algunos sectores “anti-haitianos” dominicanos.
Pero la paciencia del presidente Danilo Medina, que una vez mas ha demostrado tener gran dote de estadista, ha provocado que las aguas vayan retornando de nuevo a su nivel, hasta el punto de que ya el tema esta siendo sacado de los medios luego de ocupar preponderancia en la prensa escrita, comentaristas de radio y tv y otros espacios.
Durante estos últimos días la crisis mereció amplio despliegue en los periódicosy era tema obligado en los programas de radio y televisión. Sin embargo, apenas ya se menciona. Periódicamente ocurre.
ATIZAN LA CANDELA
En cuanto al impasse, es de mi parecer que del lado haitiano no ha habido mucho interésde solucionarlo de forma definitiva, pese al envío de comisionados gubernamentales que vinieron a conversar a su mas alto nivel al país, incluidos parlamentarios.
Esta “arrogancia” del gobierno de Michel Martelly -de mantener la prohibicion pese a estar “requete-demostrado” que en RD no hay ninguna gripe Aviar- ha sido aprovechado por los sectores tradicionalmente anti-haitianos para atizar la candela entre ambos países.
Exigen estos sectores, encabezados por los más retrógrados del anti-haitianismo, medidas drásticas contra el vecino país. Pero estos se olvidan, lamentablemente, que Haití y República Dominicana son, como lo definiera el ex presidente Jean Bertrand Aristides una vez, “de un pájaro las dos alas”.
Los dominicanos estamos, si se quiere “condenados”, a cargar con nuestros vecinos hasta el fin del mundo. No tenemos otra alternativa. Los tenemos ahí “en el alero” y tenemos que entendernos.
Compartimos el mismo territorio desde hace siglos. Es una frontera terrestre y, para colmo, en la misma isla, la única en estas condiciones en el mundo. Estamos obligados, por tanto, a entendernos.
República Dominicana ha logrado alcanzar mayor grado de desarrollo en lo económico que el vecino Haití. Comparado con nuestros vecinos, podríamos compararnos con “la Suiza” del Caribe.
Nuestra situación es mejor en todos los ordenes frente a un país que es tenido, las cifras así lo confirman, como el mas pobre del hemisferio. Haití tiene una alta tasa de indigencia, de pobreza, de analfabetismo, de desnutrición y de mortalidad infantil.
A PESAR DE TODO
Todo esto pese a que Haití fue uno de los primeros países de América en alcanzar su independencia en 1804, incluso ya en 1789 habia abolido el sistema de esclavitud.
A partir de entonces, muchas plantaciones fueron asignadas a generales negros y esto provoco un gran descontento entre los antiguos esclavos,mientras que los blancos fueron obligados a salir del territorio y a partir de entonces el vecino país quedo bajo las ordenes de negros y mulatos, cuenta la historia.
La economía de las plantaciones, sin el sustento en la esclavitud, cayo bruscamente siendo sustituida mayormente por una economía de subsistencia al estilo africano, la que ha cobrado fuerza hasta literalmente mantenerse hasta estos días.
Debemos de consignar que Haití sufrió un largo período de aislamiento internacional promovido por las potencias europeas, que no admitían la existencia de una nación gobernada por ex-esclavos lo que implicaba una amenaza para sus propios sistemas esclavistas.
Se asegura que la revolución haitiana tuvo repercusiones en toda la zona del Caribe, asestando un duro golpe al sistema esclavista predominante en la región.
DATOS QUE ATERRAN
Buscando algunos otros datos para reforzar y complementar este trabajo, en Wilkipedia nos encontramos con detalles reveladores de la situación tétrica en que viven los mas de 8 millones de vecinos:
Haití tiene la renta per cápita más baja de todo el hemisferio occidental, y es el país más pobre de toda América. Los indicadores sociales y económicos colocan a Haití en puestos descendentes detrás de otros países en vías en desarrollo de bajos ingresos (particularmente en el hemisferio) desde los años 80. Haití está en la posición 145 de 177 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.
Aproximadamente un 70% de la población vive en la pobreza. Cerca del 70% de los haitianos depende de la agricultura, que consiste principalmente de agricultura de subsistencia a pequeña escala y emplea cerca de las dos terceras partes de la población económicamente activa.
El país ha tenido muy pocos puestos nuevos de trabajo desde que el Presidente René Préval tomara posesión en febrero de 2006, aunque la economía informal está en crecimiento. El fracaso en el intento de lograr acuerdos con patrocinadores internacionales ha impedido que Haití obtenga asistencia para un presupuesto y programas de desarrollo.
La pobreza resulta extrema en gran parte de la población, tanto que sus ingresos no les alcanza para adquirir un poco de arroz u otros alimentos básicos, debiendo alimentarse para subsistir con una especie de galletas hechas de lodo (barro), manteca vegetal y sal, que es vendida a bajo precio, lo que acarrea secuelas de desnutrición y otros males físicos. La FAO estima que la mitad de la población se encuentra en situación de extrema pobreza, con menos de 1 dólar al día.
Tres cuartas partes del territorio haitiano están constituidas por suelos montañosos, y las llanuras están formadas por tierras deforestadas y actualmente estériles. La causa principal del empobrecimiento del territorio es la explotación forestal excesiva por una población que cada vez aumenta su demanda de leña y madera, lo que ha provocado la erosión del suelo y una tremenda escasez de agua potable.
Esta situación contrasta con la de la vecina República Dominicana, que con un clima similar y unas condiciones de partida similares practicó una política forestal adecuada y actualmente tiene una cubierta vegetal sostenible.
Un factor extra que podría hacer que la economía no mejore es la falta de empuje por parte de los profesionales, pues se cree que un 80% de los haitianos con niveles educativos elevados han emigrado en busca de otras alternativas promoviendo la fuga de cerebros.
También es importante señalar la fuerte emigración ilegal hacia la República Dominicana a través de la frontera. Aunque su carácter informal no permite un cálculo preciso, la población inmigrante haitiana en la nación vecina se estima en más de un millón de personas.
SER COMPRENSIVOS
Visto ese cuadro, dramático de por si, se tendría que ser muy insensibles, tener un corazón de piedras, para no entender que debemos ser solidarios para con estos seres humanos, que no escogieron el país donde querían vivir sino que le toco ese por azares de la vida nacer en una tierra deprimida.
En consecuencias, debemos tenderles las manos en todo lo que este a nuestro alcance, así como se las tienden a nuestros compatriotas cuando salen hacia los Estados Unidos, Puerto Rico, España y otras naciones del mundo.
Que tenemos una alta emigración? Es verdad…pero recordemos que Dominicana, para los haitianos, es “como la tierra prometida” pues –ante la grave crisis que viven- supongo que no se van a dejar morir ni tampoco se van a tirar al mar masivamente.
Por lo tanto, debemos ser cuidadosos en las relaciones que mantenemos, en cualquier circunstancia, y dejar de atizar la candela porque, por mas que se mire, somos hermanos y vecinos. Que algunos se comporten de manera inadecuada, eso es harina de otro costal. Acaso son todos los dominicanos que viven en la diaspora buenos y santos?
MANEJO DEL GOBIERNO RD
Decia al principio que el gobierno de Danilo Medina ha sabido mantener un manejo positivo en esto nuevo estallido de crisis entre ambos pueblos, a pesar de la actitud de las autoridades de aquel lado que, según mi punto de vista, tratan de justificar lo injustificable.
Medina ha mantenido un buen desempeño en esta crisis, actuando de manera fría y calculada, sin dejarse arrastrar por los sectores que eternamente han querido enemistarnos para después pescar “en río revuelto”.
Estamos compelidos a buscarles soluciones a los problemas con nuestros vecinos por la vía del diálogo ya que –según acostumbra a decir sabiamente el pueblo llano- “la gente hablando se entiende”.
Esto parece haberlo entendido “al pie de la letra” el jefe de Estado dominicano pues desde el mismo momento del surgimiento de esta crisis, ha actuado con paciencia y discreción, y esto constituye un buen punto a su favor.
El lunes en Dajabón hubo intercambio comercial,lo mismo que en otros puntos de la frontera. La actitud sensata y comprensible del gobierno dominicano ha provocado que la tempestad vaya cediendo y que las aguas vayan retornando a su nivel. Lo deseable es que se tranquilicen para siempre y que nunca vuelvan a salirse de sus cauces ¡por el bien de todos!