Con una tasa de desnutrición crónica de un 9.8% en menores de cinco años de edad, República Dominicana está entre los países de América Latina con más alto índice.
Esa realidad afecta el período más importante de crecimiento de los niños y, de acuerdo con la doctora Mery Hernández, presidenta del Colegio Médico Dominicano (CMD) de la regional del Distrito Nacional, en el país incide el bajo índice de lactancia materna y el pobre desarrollo de programas de prevención.
Recordó que la desnutrición aumenta el riesgo de enfermedades diarreicas, respiratorias, alergias, sobrepeso y trastornos de personalidad.
Hernández habló del tema a propósito de celebrarse ayer el Día Mundial de la Alimentación, y manifestó su preocupación, porque en el país no se educa en alimentación.
Ahora que hay nuevas autoridades, espera que se produzcan alianzas interinstitucionales para disminuir la desnutrición.
Sobre el tema, el doctor Jimmy Barranco, coordinador de la Especialidad en Nutriología Clínica del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) planteó la necesidad de que en el país se regule la venta de alimentos en el entorno escolar y los horarios de publicidad de ciertos tipos de comida.
Propuso que en las escuelas de tanda extendida se incluyan espacios para que los niños realicen actividad física regular.
Con relación al desayuno escolar, sugirió que la decisión de los alimentos que lo componen no se escojan en base a los hábitos de alimentación de los niños, como ocurre en la actualidad, sino que se diseñe una dieta balanceada que pueda educarles sobre la buena alimentación.
“La globalización ha venido a pervertir nuestro patrón de alimentación con las cadenas de comida rápida y costumbres alimentarias foráneas, a lo que se agrega un estilo de vida cada vez más sedentario”, expresó el profesional de la salud.