El doctor Carlos Balcácer confirmó que Quirino renunció al Programa Federal de Protección de Testigos, con lo que le hizo un gran favor a los norteamericanos que se liberan de un compromiso que pudo atarlos por décadas garantizándole la vida a un individuo que ya no le sirve para nada..
Son sencillamente incuantificables los compromisos en costos y garantías que implican acogerse a ese programa federal creado en 1971, pero que en los hechos existe desde mediados de los años 50 cuando lo puso en vigor unilateralmente el controversial director del FBI, Edgar Hoover.
La Justicia norteamericana ofrece garantías a testigos claves a quienes atenúa la sentencia en la misma proporción en que sus confesiones conduzcan a desvertebrar organizaciones mafiosas que conspiren contra sus instituciones. Esa atenuación podría fluctuar desde pena capital a perpetuidad en prisión.. O de 90 y 60 años de cárcel a 10 y 15 con posibilidad de condonación dependiendo del “comportamiento del interno”. En estas dos últimas instancias cayó Quirino en negociación directa con la Fiscalía de Nueva York y la jueza Kimba Wood, que ni siquiera hicieron pública una sentencia sobre el testigo que hizo desvertebrar el “Cártel del Valle de Cali”, de Colombia.
Quirino fue libertado cuando le faltaban unos meses para cumplir diez años de prisiónÖ Pero tanto él como su familia se negaron a la difícil segunda fase del compromiso que es siempre opcional del testigo: ¡desaparecer para siempre de escena!
… Serias implicaciones
El Programa Federal de Protección de Testigos Claves fue creado en 1971 por David Harlow, director adjunto de Operaciones del Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos, pero fue la copia casi al carbón de una práctica que ejecutó Hoover muchos años atrás como fórmula para penetrar la mafia siciliana que se adueñó de Nueva York y Chicago a partir de 1920.
Harlow, actualmente con 79 años, disfruta de un cómodo retiro acogido por su propio programa por amenazas del narcotráfico colombiano que trata de ubicar los lugares y las personalidades bajo las que se guarecen muchos de sus delatores que provocaron el arresto y la extradición de sus líderes.
El narcotráfico no perdona ese tipo “traición” y, según el propio Harlow, no es posible cuantificar el costo que tiene para los Estados Unidos la protección de los testigos claves que cooperan para penetrar los grupos mafiosos con tentáculos internacionales.
Por eso los norteamericanos no se resisten a que una vez que cumplen sentencia, esos “cooperantes” abandonen la segunda parte del programa que implica el cambio de su personalidad, el aislamiento y la protección física junto a su familia, casi siempre en ciudades pequeñas y lejanas de los Estados Unidos.
El regreso de Quirino…
Quirino regresó el sábado de madrugada al país. Vino en un vuelo regular desde Nueva York y entró como un pasajero común y corriente. Desde entonces se ha especulado mucho, y lo menos que se dice es que “fue enviado por los Estados Unidos..”
La verdad es que Quirino vino por su cuenta y riesgo después de renunciar al programa al que se acogió voluntariamente y que implicó revelar todo cuanto sabía sobre el narcotráfico internacional a cuya red perteneció por muchos años hasta llegar a enviar 33 toneladas de cocaína a Estados Unidos.
Al renunciar al programa, renunció también a vivir en los Estados Unidos, país al que no podrá entrar jamás. Por su ilegalidad, las autoridades norteamericanas le exigieron abandonar su territorio… ¡Ahora está en salmuera!
