Para muchas mujeres, embarazarse por primera vez es uno de los momentos más emocionantes de su vida. La idea de llegar a ser mamá las llena de orgullo y realización como mujeres. Y entre tanta emoción llegan a los oídos las recomendaciones populares de lo que se debe o no hacer.
“Cuando quedé por primera vez embarazada a mí, por ejemplo, me decían que no comiera mucho yogur y queso porque el bebé iba a nacer con una capa de cebo blanco en el cuero cabelludo”, cuenta Rosario Hernández, una madre colombiana de dos varones, residente de Carolina del Norte. “Yo no hice caso, porque eso fue mi gran antojo, y mi niño nació con su cabeza limpia”.Éste y otros mitos tradicionales de la cultura latina causan a veces angustias y dudas innecesarias en las mujeres, educadas o no, a pesar de no tener una evidencia científica. Hablamos con la doctora Mónica Pérez, ginecóloga en el Centro Médico de Kaiser Permanente, en Baldwin Park, para conocer la veracidad o falsedad de algunas de las creencias más populares.
No es bueno tener relaciones sexuales
Falso. “Siempre y cuando su médico no se lo impida, no hay ningún problema con la actividad sexual durante el embarazo. El bebé está protegido y no sufre ningún daño”, dice la doctora Pérez y explica que “algunas mujeres [en estado de gravidez] notan una disminución en el apetito sexual y quizás no tengan ganas de hacer el amor. En otras, los malestares típicos del embarazo, como el cansancio, las náuseas, la hipersensibilidad en los senos, el malestar estomacal, el estrés o la ansiedad, alteran su deseo o hacen que el sexo sea incómodo”.
Es peligroso pintarse el cabello
Falso. “No hay estudios que demuestren que es peligroso o seguro pintarse el cabello durante el embarazo. Por lo general, es mejor evitar pintárselo durante los primeros tres meses, ya que a muchas mujeres les causa náusea los olores de los tintes. Ya después se puede hacer, pero hay que tomar en cuenta que al igual que el resto del cuerpo, el cabello también es afectado por los cambios hormonales del embarazo”, dice la especialista. “En algunas mujeres, la piel se hace más sensible a ciertos productos y algunos tintes pueden causar irritación. De ser posible, hay que usar uno natural hecho a base de plantas en lugar de químicos”.
No se deben tomar bebidas alcohólicas
Cierto. “No existe cantidad alguna de alcohol que sea considerada inofensiva para una mujer embarazada, por lo cual se recomienda evitar por completo el consumo de alcohol”, afirma la ginecóloga. “Sabemos que tomar bebidas alcohólicas durante el embarazoaumenta el riesgo de tener un aborto espontáneo o de que el bebé nazca prematuramente, con bajo peso o incluso muerto. Además, puede ocasionarle problemas en el futuro, tales como problemas de aprendizaje, del habla, de atención y de hiperactividad”.
Hay estudios que muestran que las embarazadas que toman una bebida por semana, tienen más probabilidades de que sus hijos tengan comportamientos agresivos y antisociales que las que no beben nada de alcohol.
No se debe comer queso fresco
Cierto. “Los quesos fabricados con leche no pasteurizada o leche cruda pueden tener bacterias potencialmente peligrosas, como la listeria que causa listeriosis. Esta enfermedad puede transmitirse al bebé en gestación a través de la placenta aún cuando la madre no muestre señales de ésta. Esto puede causar parto prematuro, aborto espontáneo, muerte fetal o ciertos problemas de salud graves en los recién nacidos”, explica la doctora Pérez.
Es por ello que a las mujeres embarazadas se les recomienda evitar los quesos blandos -como el feta, brie, camembert, blue cheese, queso blanco, queso fresco o panela- que no hayan sido elaborados con leche pasteurizada. Las embarazadas solo pueden ingerir quesos u otros productos lácteos con etiquetas que digan “Made with Pasteurized Milk” (“Hecho con leche pasteurizada”).De acuerdo con el Departamento de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), lasmujeres latinas embarazadas tienen una mayor incidencia de casos de listeriosis.
Se debe evitar el consumo de pescado
Cierto, pero hasta un punto. “El pescado es una proteína baja en grasa que proporciona varias vitaminas. Estudios recientes sugieren que el pescado, especialmente las especies que contienen ácidos grasos omega-3, como el salmón, pueden contribuir al desarrollo del cerebro del feto y reducir el riesgo de parto prematuro”, detalla la doctora Pérez. “No obstante, también hay algunos pescados que contienen niveles altos de mercurio, entre ellos el tiburón, pez espada, caballa, blanquillo camello o atún albacora. Estos sí se deben evitar”.
Se recomienda que las mujeres embarazadas no coman más de 12 onzas de pescados o mariscos con bajos niveles de mercurio a la semana.