Representantes de Corea del Norte aceptaron este viernes reunirse el martes 9 de enero con los del Sur, para tratar el envío de una delegación norcoreana a los JJOO de PyeongChang en lo que supondrá el primer encuentro bilateral desde 2015 y un nuevo paso destinado a rebajar la tensión regional.
Pyongyang envió una carta por fax a la oficina de enlace surcoreana en la aldea de Panmunjom, en la militarizada frontera entre los dos países, en la que dijo aceptar la oferta de Seúl para celebrar una reunión de alto nivel la semana próxima.
“En la agenda del encuentro se va a tratar la potencial participación del Norte en los JJOO de PyeongChang, así como la mejora en términos generales de los lazos entre las dos Coreas”, explicó a EFE una portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación.
De este modo, ambos países, que técnicamente se mantienen en guerra desde hace más de 65 años, celebrarán sus primeras conversaciones de alto nivel desde diciembre de 2015.
El escenario de la reunión del martes será la llamada Peace house (“Casa de la Paz”) en Panmunjom, donde en 1953 ambos pusieron fin a la Guerra de Corea con un alto el fuego que a día de hoy aún no ha sido sustituido por un tratado de paz.
La reunión de diciembre de 2015 buscaba entonces tratar de desactivar las tiranteces militares Norte-Sur después de que dos soldados surcoreanos pisaran unas minas que, según Seúl, habían sido colocadas por operativos norcoreanos al Sur de la zona desmilitarizada (DMZ) que divide ambas porciones de la península.
El maratoniano encuentro de dos días concluyó sin acuerdo y desde entonces Pyongyang ha impulsado con creces el desarrollo de su programa armamentístico, mientras que en Seúl el liberal Moon Jae-in puso fin en mayo a casi una década de Gobiernos conservadores, algo que algunos creen que puede ayudar a lograr mayor entendimiento.
Aunque las continuas pruebas de armas de Pyongyang han deparado una respuesta contundente por parte de Moon a la hora de apoyar las sanciones y la presión diplomática sobre el régimen, el presidente surcoreano ha tendido la mano al Norte desde el primer momento.
Además, ha insistido en la importancia de que ambas Coreas cooperen en los Juegos Olímpicos de Invierno que a partir del mes próximo acoge el condado surcoreano de PyeongChang.
El Norte guardó silencio al respecto hasta el pasado 1 de enero, cuando el líder norcoreano, Kim Jong-un, agradeció la predisposición de Moon en su mensaje de Año Nuevo, y se mostró favorable a buscar un acercamiento con el Sur y a enviar una delegación a PyeongChang 2018.
Seúl propuso entonces celebrar la reunión del 9 de enero y el Norte decidió reabrir el miércoles las líneas de comunicación telemáticas en Panmunjom, las cuales llevaba dos años sin utilizar en protesta por el cierre de un polígono industrial conjunto ordenado por el anterior Ejecutivo surcoreano.
El anuncio del encuentro bilateral de este viernes llega además un día después de que Seúl y Washington anunciaran que retrasarán el inicio de sus maniobras militares anuales para que no coincidan con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de PyeongChang, que se celebran del 9 de febrero al 18 de marzo.
De acuerdo con la AFP, el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, indicó que los ejercicios podrían llevarse a cabo tras los Juegos Paralímpicos, que finalizan el 18 de marzo.
Mattis insistió en que el aplazamiento se debía más a motivos prácticos que políticos, haciendo referencia a la importancia de los Juegos para la industria del turismo en Corea del Sur, y aseguró que Washington no reducirá la presión sobre Pyongyang en otros ámbitos.
Seúl ya pidió a finales de año a Washington que considerase el aplazamiento de los ejercicios, para evitar que el régimen norcoreano, que suele considerar estas maniobras como un ensayo para invadir su territorio, responda realizando una nueva prueba armamentística.
El acercamiento Seúl-Pyongyang puede contribuir a aliviar la tensión tras las continuas pruebas armamentísticas de Pyongyang.
No obstante, algunos expertos alertan sobre la posibilidad de que el régimen pueda estar desplegando el patrón ya visto en otras ocasiones y que suele arrancar con un mensaje conciliador de Año Nuevo sin que ello depare un cambio real de postura.
Según esta perspectiva, Pyongyang estaría buscando debilitar el eje Seúl-Washington, y generar posturas encontradas entre el resto de participantes de las llamadas negociaciones a seis bandas para la desnuclearización del régimen, en suspenso desde 2007 y en las que también participan Pekín, Moscú y Tokio.
De hecho, los delegados surcoreano y chino para estas conversaciones, Lee Do-hoon y Kong Xuanyou, se reunieron hoy mismo en Seúl para analizar los últimos acontecimientos.
“Hay algunas cosas positivas que se están produciendo con respecto a la situación en la península coreana, aunque aún quedan desafíos difíciles por delante”, dijo Kong al término del encuentro en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap.