A semanas de la esperada reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, Pyongyang criticó el domingo a Washington por lo que consideró afirmaciones “engañosas” al asegurar que la política de máxima presión política de la Casa Blanca es lo que llevó a las autoridades de la hermética nación a la mesa de negociación.
El Ministerio de Exteriores advirtió que esas declaraciones eran un “peligroso intento” de arruinar la incipiente distensión tras la historia cumbre celebrada a finales del mes pasado entre el líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, dijo la agencia oficial de noticias norcoreana citando a un funcionario del departamento.
En ese encuentro, Kim acordó varias medidas destinadas a mejorar la relación con el Sur e indicó que está dispuesto a hablar sobre la desnuclearización de la península, aunque no se aclaró qué implicaría ni qué condiciones reclamará Pyongyang.
Tanto Trump como altos cargos de su gobierno sugirieron repetidamente que la dura política de Washington hacia Corea del Norte, además de la presión sobre su principal socio comercial, China, han jugado un papel decisivo para revertir una situación que era extremadamente tensa. El año pasado, mientras Kim lanzaba misiles de largo alcance a un ritmo record e intercambiaba insultos vulgares con Trump, parecía imposible poder abordar el tema de la desnuclearización.
Pero el comunicado del Norte del domingo parecía destinado a fortalecer la posición de Kim antes de su reunión con Trump. Pyongyang reclama que es Kim quien maneja la situación actual.
“Estados Unidos está provocando deliberadamente a la RPDC en un momento en que la situación en la Península de Corea avanza hacia la paz y la reconciliación”, dijo el vocero del ministerio según fue citado por la agencia. El portavoz empleó las siglas del nombre oficial de la nación, República Popular Democrática de Corea.
Se espera que Kim y el Trump se reúnan a finales de este mes o a principios de junio.
Trump ha indicado que ya se han elegido la fecha y el lugar del encuentro y apuntó que cree que la zona desmilitarizada que divide las dos Coreas podría ser un buen lugar. Se cree que Singapur también tiene opciones para acoger la cumbre.
Los expertos están divididos en si el comunicado conjunto entre Kim y Moon tras su cumbre en la frontera supone una oportunidad única para avanzar o es una repetición de las demandas de garantías de seguridad de Pyongyang.
Las declaraciones del domingo fueron de las pocas realizadas por el Norte desde que Trump accedió a celebrar la reunión el pasado marzo.
El portavoz advirtió a Estados Unidos que no interprete la disposición de Pyongyang a hablar como un signo de debilidad. También criticó a Washington por la actual “presión y amenazas militares” y por afirmar que esta presión no se aliviará hasta que Corea del Norte renuncie por completo a su programa nuclear.
Antes del encuentro entre Trump y Kim, Washington espera lograr la liberación de tres coreano-estadounidenses acusados de actividades antiestatales. Trump insinuó que la puesta en libertad de Kim Dong Chul, Kim Hak Song y Tony Kim estaba al caer.
No hubo indicios de una liberación inminente el domingo, aunque los reportes indican que los tres hombres fueron trasladados a la capital.
La Casa Blanca, por su parte, anunció una reunión entre Trump y Moon en Washington el próximo 22 de mayo para “continuar su estrecha coordinación en los avances relacionados con la Península de Corea”.