Corea del Norte dijo hoy que EE.UU. envió bombarderos atómicos cerca de su territorio en aparente respuesta a su ensayo de misiles balísticos de la víspera, y acusó a Washington de querer “desatar una guerra nuclear” con estas acciones.
“Una formación” de bombarderos estratégicos B-1B voló desde Guam “al alba” y llegó a aproximarse a unos 80 kilómetros de la ciudad costera surcoreana de Gangneung, cerca de la frontera con el Norte, donde ensayaron “un bombardeo nuclear”, según una nota publicada por la agencia estatal norcoreana KCNA.
Una fuente del Gobierno surcoreano ha confirmado, por su parte, a la agencia local Yonhap que dos B-1B arribaron a la zona mencionada acompañados por cazas F-15K en torno a las 10.30 hora local (01.30 GMT) del lunes.
Ya que estos bombarderos tardan aproximadamente dos horas y media en llegar a Corea del Sur desde la base aérea Andersen, en la isla Guam, se deduce que la decisión de desplegarlos se tomó un par de horas después de que Corea del Norte disparara un misil de corto alcance hacia las 05.39 hora surcoreana (20.39 GMT del domingo).
El proyectil de corto alcance norcoreano alcanzó una altura máxima de unos 120 kilómetros y recorrió unos 450 kilómetros hacia el este antes en caer al Mar de Japón.
La acción de EE.UU. vendría a ser una exhibición de músculo militar en respuesta al enésimo ensayo armamentístico de Pyongyang.
“Tales provocaciones militares de los imperialistas de EE.UU. son una pataleta imprudente que sitúan a la península coreana al borde de la guerra”, denunció la nota de KCNA, que acusó a Washington de querer eliminar al régimen de Kim Jong-un con armas nucleares y lo tildó de hipócrita con respecto a sus ofertas de diálogo.
El texto concluye advirtiendo de que una guerra atómica en la península “desencadenaría un desastre que convertiría el territorio continental de EE.UU. en tierra chamuscada”.
El ensayo de misiles del lunes es el noveno de Pyongyang en lo que va de año y el tercero en apenas tres semanas.
Los insistentes ensayos armamentísticos de Corea del Norte han llevado a un aumento de la tensión en la región y a una escalada verbal con el Gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, que ha llegado a insinuar que estudia posibles ataques preventivos.