El presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne hoy en el Kremlin con el líder cubano, Raúl Castro, quien viajó a Moscú para participar en el 70 aniversario de la victoria sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
Se trata de la segunda visita a Moscú de Raúl Castro desde que asumiera la presidencia en la isla en sustitución de su hermano Fidel, y se produce tras el inicio del proceso de deshielo del régimen comunista con Estados Unidos.
También tiene lugar cuando se cumple el 55 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Moscú, que fueron estrechos aliados hasta la desintegración de la Unión Soviética en 1991.
Las relaciones fueron impulsadas de nuevo una década después y el pasado año Rusia anuló el 90 % de la deuda contraída por la isla ante Moscú durante la época soviética, de unos 28.000 millones de euros (31.000 millones de dólares).
Castro, que se reunió ayer con el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, en su primer día de visita a Moscú, participará el sábado en el grandioso desfile militar en la Plaza Roja para conmemorar el 70 aniversario de la victoria sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
A la tradicional parada militar del 9 de mayo asistirán una treintena de jefes de Estado o de Gobierno, ninguno de ellos de un país occidental, pese a las invitaciones remitidas por el Kremlin.
El objetivo declarado de la visita de Castro es poner en práctica los acuerdos alcanzados entre ambas partes durante la visita de Putin a la isla en 2014, cuando calificó de “estratégicas” las relaciones entre los antiguos socios comunistas.
Los expertos rusos consideran que el deshielo entre cubanos y norteamericanos no repercutirá en las relaciones entre Rusia y Cuba.
“La asistencia de Castro a la parada demuestra que, pese a los intentos de EE. UU. de normalizar las relaciones con Cuba, la prioridad estratégica para La Habana sigue siendo Rusia”, aseguró a Efe Leonid Ivashov, antiguo general soviético y jefe de la Academia de Asuntos Geopolíticos de Rusia.