Rusia está lista para aunar esfuerzos con otras naciones para reducir conjuntamente la producción de petróleo en unos 10 millones de barriles al día, según lo declaró este viernes el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una reunión por videoconferencia sobre la situación de los mercados mundiales de energía.
Según estimó el mandatario, el volumen de producción de petrolero debería reducirse en unos 10 millones de barriles al día —”un poco menos, tal vez un poco más”— con respecto al nivel del primer trimestre de 2020.
Esta evaluación del nivel necesario de reducción de la producción petrolera fue apoyada por el ministro de Energía de Rusia, Alexánder Nóvak. Según consideró, debería mantenerse el nivel reducido durante “los próximos meses” y comenzar a aumentarlo gradualmente a medida que se recuperen la economía mundial y la demanda.
Asimismo, agregó que para el próximo lunes, 6 de abril, los ministros de Energía de los países miembros de la OPEP+ tienen programado de forma preliminar mantener una conferencia telefónica.
Rusia, lista para los acuerdos
A primeros de marzo, Rusia propuso extender el acuerdo OPEP+, no siendo Moscú el iniciador de su ruptura, aseguró el presidente ruso, expresando su pesar por el hecho de que “la situación comenzó a desarrollarse en un escenario diferente”.
Sobre esta cuestión, Putin recalcó la necesidad de aunar esfuerzos “para equilibrar el mercado y reducir la producción como resultado de estos esfuerzos coordinados”. En este sentido, dijo que las autoridades rusas están listas “para acuerdos” tanto con socios en el marco de OPEP+, como con Washington.
“Ustedes saben que estamos en contacto cercano con nuestros socios en Arabia Saudita. Recientemente tuve una conversación con el presidente de Estados Unidos. Todos estamos preocupados por la situación actual, todos estamos interesadosen acciones conjuntas y, quiero enfatizar esto, en acciones coordinadas, para garantizar la estabilidad del mercado a largo plazo”, declaró el presidente ruso.
Según dijo, Rusia “siempre ha abogado y está abogando por la estabilidad a largo plazo del mercado petrolero”, teniendo en cuenta los intereses tanto de los productores como de los consumidores.
Moscú no ve razonable fijar los precios del petróleo ni demasiado altos ni demasiado bajos, dijo Putin que calificó esta postura de “comprensible”, ya que el presupuesto ruso se calcula en torno a una tasa de 42 dólares por barril, cifra alrededor de la cual —dijo— “nos sentimos bastante cómodos”.
Riad busca “deshacerse de competidores”
Sobre las razones que condujeron a la disminución de los precios y de la producción del petróleo, el jefe del Estado explicó que la coyuntura actual está asociada, principalmente, con la pandemia del coronavirus, que provocó la disminución de la demanda, aunque recordó que también tiene que ver con la retirada de Riad de OPEP+.
“La segunda razón del colapso de los precios es la retirada de nuestros socios de Arabia Saudita del acuerdo de la OPEP+, su aumento de la producción y el anuncio simultáneo de su disposición a ofrecer descuentos”, señaló Putin.
“Todo esto es comprensible, ya que aparentemente se debe a los intentos de nuestros socios de Arabia Saudita de deshacerse de los competidores que producen el llamado petróleo de esquisto”, indicó el presidente, aclarando que, para hacerlo, “el precio debe ser inferior a los 40 dólares por barril”. Según Putin, Riad, en cierta medida, “está logrando su objetivo”, pero Rusia no lo necesita.
Acuerdo fracasado
El pasado 6 de marzo, la OPEP propuso a los integrantes del pacto OPEP+ realizar un recorte adicional de la producción petrolera de 1,5 millones de barriles por día en respuesta a la reducción de la demanda mundial de hidrocarburos debido a la epidemia del coronavirus.
No obstante, las partes no lograron llegar a un acuerdo. En respuesta al fracaso del pacto, Arabia Saudita realizó el recorte de precios oficiales más drástico en al menos 20 años y comunicó a los compradores que aumentará su producción de crudo en hasta 2 millones de barriles por día. La medida de Riad provocó la dramática caída de los precios del petróleo, lo que llevó al desplome de los mercados financieros en todo el mundo.