El expresidente del Gobierno autónomo de Cataluña Carles Puigdemont y los cuatro exconsejeros que le acompañan en Bruselas quedaron hoy en libertad con medidas cautelares impuestas por la justicia de Bélgica, entre ellas la prohibición de salir de ese país sin permiso.
Tras la audiencias celebradas en la sede de la Fiscalía de Bruselas, el juez instructor belga también impuso a los cinco la obligación de comunicar una dirección de residencia y asistir personalmente a cada una de las audiencias a las que se les convoque.
El juez tiene ahora hasta quince días para volver a convocarlos en el tribunal de primera instancia de Bruselas, que decidirá sobra la euroorden de entrega que pesa sobre ellos enviada por la justicia española, confirmó la Fiscalía en un comunicado.
Puigdemont y los ex consejeros autonómicos Antoni Comín (Salud), Clara Ponsatí (Enseñanza), Lluís Puig (Cultura) y Meritxell Serret (Agricultura) se personaron en sede policial en Bruselas a las 09.17 hora local (08.17 GMT) del domingo.
Tanto el expresidente como los exconsejeros han declarado desde las 16.00 hora local (15.00 GMT) hasta las 20.00 (19.00 GM), por separado, y han abandonado la Fiscalía de Bruselas todos juntos en un minibús catorce horas después de su llegada.
Alrededor de medio centenar de periodistas esperaban en la puerta de la Fiscalía de Bruselas la salida de la delegación catalana, pero no han hecho declaraciones al ser escoltados en un minibús por la propia Policía de camino al lugar comunicado como residencia y que se desconoce.
El ex presidente catalán y los cuatro exconsejeros que le acompañan en Bruselas se entregaron hoy a la Justicia belga en calidad de detenidos y rechazaron su traslado ante las autoridades españolas, que los reclaman por presuntos delitos de sedición, rebelión y malversación de fondos públicos.
La entrega fue “convenida” con los magistrados de los cinco políticos catalanes, que respetaron el compromiso y se entregaron a las autoridades belgas en presencia de sus abogados, precisó la Fiscalía.
El hecho se produjo en una comisaría de Policía del centro de Bruselas, evitando la presencia de medios de comunicación en el momento en el que pasaban a estar formalmente bajo arresto.
Poco después fueron trasladados a la sede de la Fiscalía de Bruselas, donde permanecen en “privación de libertad”, es decir “sin libertad de movimientos” y obligados a permanecer en el edifico, si bien no están en un calabozo, precisó el portavoz del Ministerio Público.