SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Si hay un miembro del DR-CAFTA (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica) con el que República Dominicana tiene posibilidades reales de inclinar a su favor el intercambio bilateral, ese mercado está a unos 130 kilómetros de distancia y algo más de media hora de vuelo.
De ese modo visualiza a la llamada ‘Isla del Encanto’ William Calderón, presidente de la Cámara Puertorriqueña de Comercio en la RD, entidad que se ha lanzado a la caza de oportunidades de negocios e inversiones en dólares en ese país, sobre todo en el ámbito de la pequeña y mediana empresa (Pymes).
Con ese objetivo en la mira se organiza para este mes de junio la visita a Puerto Rico de una misión de empresarios dominicanos de la construcción, una de los sectores considerados con mayor potencial en el comercio bilateral.
“Vamos a llevar cerca de 40 empresas, en el área de la pequeña y mediana empresa de la construcción, porque hay gente que quiere invertir allá, como también en PR hay muchos productos que tienen muy buenos precios y los pueden traer vía el Ferry”, afirma Calderón.
Entre estos bienes de la construcción, menciona los camiones o tractores para el transporte de materiales, “ya que aquí adolecemos de un sector de la construcción de la mediana empresa con buenas maquinarias y allá hay muchas maquinarias que están subutilizadas, que pueden conseguirse a buen precio”.
Otra oportunidad consiste en incrementar las exportaciones de blocks, adoquines, entre otros productos elaborados en la RD, que se vienen colocando en Borinquen.
Pero lo que más anima a empresarios como Calderón son los encadenamientos productivos que pueden amarrarse a través de “fusiones” comerciales o “joint ventures” con compañías puertorriqueñas, que tienen un amplio acceso a financiamientos e incentivos gubernamentales.
“El fin es hacer ‘joint ventures’ entre empresarios de ambos lados, no de zona franca sino de las Pymes, para accesar a los mercados sobre todo de las islas del Caribe, de Europa o del propio Estados Unidos”, explica.
Concretamente, “lo que se busca son contrapartes de medianas empresas locales, que puedan aportar una parte del proceso de producción, y que el producto se termine en Puerto Rico”. Pone de ejemplo al ron, “que hay gente que quiere que se destile aquí, aunque se termine allá, porque ahora mismo no hay destilería”.
Esto permitiría que los bienes elaborados bajo esta modalidad puedan beneficiarse del capítulo sobre normas de origen del tratado, y comercializarse en los Estados Unidos como bienes producidos en Puerto Rico, que forma parte del territorio de esa nación.
“Ellos andan buscando socios que hagan un 30 o 40% del proceso de producción aquí, lo terminen allá en Puerto Rico, y que entonces Estados Unidos pueda acoger el producto como originario en base al DR-CAFTA”.
Una de los sectores más potables bajo este esquema productivo es la industria del mueble dominicana y también los textiles, además de los productos agrícolas que tienen una ascendente demanda en Puerto Rico.
“De aquí se están exportando muebles casa por casa, que los piden por internet y se van vía el ferry, y lo podemos hacer con muchos otros producto, o sea, hay un gran potencial, porque tenemos una gran ventaja, con costos a nivel industrial muy por debajo” que en Puerto Rico.
Agrega que también hay fábricas puertorriqueñas buscando socios en el país, “que quieren instalarse aquí para la producción de uniformes escolares, que aquí hay una gran demanda de esos productos para las escuelas”.
“Ahora mismo hay mucha gente de PR que están comprando terrenos aquí para construcciones de torres, de viviendas, que están buscando un nuevo mercado, y también en la parte agrícola”.

El presidente Danilo Medina y el gobernador de PR, Alberto García Padilla, han relanzado las relaciones bilaterales.
Más confianza y gestión comercial
Tan solo el pasado año el ferry transportó a la vecina isla unos 12 mil contenedores desde la República Dominicano, más del 70% con productos agrícolas, dijo Calderón al periódico Acento.
Se trata, sostiene, de un flujo comercial que puede multiplicarse si se superan deficiencias como los estándares de calidad e inocuidad de los productos agrícolas.
Algo que le ha dado nuevos bríos a todo esto fue la firma, en enero pasado, de once acuerdos entre los gobiernos de RD y Puerto Rico, orientados a dinamizar el intercambio comercial, educativo y de inversiones entre ambas economías.
“Ha sido una iniciativa importante. Puerto Rico está decidido a incrementar sus exportaciones y mejorar sobre todo su situación económica, y la RD precisamente por la caída de la balanza comercial, está tratando de recuperar ese terreno perdido” en ese mercado.
Calderón valora el papel que han desempeñado la Oficina del Estado Libre Asociado de Puerto Rico en el país, que dirige Germán Monroig-Pomales, así como las autoridades comerciales del país. Considera, no obstante, que para aprovechar la coyuntura y las perspectivas que se vislumbran hace falta un rol más proactivo del Gobierno y su representación consular, en términos de la asesoría y la gestión de negocios e inversiones.
“Tenemos que ser mucho más agresivos y aumentar sobre todo la confianza de allá hacia acá y de nosotros hacia allá, porque los grandes empresarios cuando negocian tienen departamentos, asesores que les dicen hacia dónde van, pero en el caso de las pequeñas y medianas empresas no pueden hacerlo”.
Según las cifras oficiales, con un monto cercano a los US$498 millones en el pasado año, Puerto Rico se ha posicionado como el cuarto destino de las exportaciones dominicanas, dentro de un intercambio bilateral que asciende a los US$1,300 millones.
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