Con orgullo, muchos de sus residentes y allegados identifican al sector como La Bahía
El sector Pueblo Nuevo, conocido también como La Bahía, fue fundado por inmigrantes que llegaron a esta parte de la ciudad desde diferentes comunidades rurales para instalarse en el entorno de la antigua vía férrea. A este barrio, que ya tiene 85 años de fundado, se le reconoce por su apego a las tradiciones y su vocación artesanal, sobre todo en la confección de zapatos.
Fundado con el nombre de “Ensanche Presidente Trujillo”, el 2 de mayo de 1933, tiene una extensión de tres kilómetros cuadrados de longitud, incluido el barrio El Congo. Allí está ubicado el Mercado Central, el parque Imbert, así como pequeñas empresas dedicadas a fabricar zapatos de manera artesanal. Junto a los también emblemáticos sectores de Los Pepines y La Joya, Pueblo Nuevo participa de manera activa en la tradición carnavalesca con los llamados lechones, pero con la creación de caretas que le identifican.
La barriada, ubicada al norte de Santiago, también tuvo una inmensa cantera de jóvenes que formaron parte del denominado grupo Los Panfleteros, adolescentes que mediante propaganda buscaron hacer frente al régimen de Rafael Leonidas Trujillo.
Pueblo Nuevo concentra 2,768 viviendas, 642 comercios y servicios y 90 industrias y talleres. Entre estos establecimientos, aún siguen operando aproximadamente 12 talleres o negocios de zapaterías.
El historiador Edwin Espinal refiere que la modernización del país, iniciada en 1927 durante el gobierno de Horacio Vásquez y fundada sobre la intervención militar estadounidense que concluyó en 1924, tuvo entre sus consecuencias el comienzo de la migración campesina a las ciudades. En el caso de Santiago de los Caballeros, la ocupación del espacio urbano por población rural se verificó entonces en torno a los rieles del Ferrocarril Central Dominicano: la línea férrea de Santiago a Moca, desde Gurabito a Las Totumas, se convirtió en el nuevo hogar de emigrantes de los campos.
Su fundación
Así, para noviembre de 1927, en las secciones del Ayuntamiento se daba cuenta de que personas pobres se habían instalado sin autorización y sin ningún documento que los autorizase en terrenos municipales en la acera Oeste de la avenida Imbert, frente al antiguo campo de la Exposición Nacional, ocupando totalmente la franja comprendida entre los rieles del ferrocarril y el puente de Gurabito.
Sin poder desalojarlos, pese a los extraordinarios esfuerzos desplegados para ello, ya en 1929 las propias márgenes del arroyo Gurabito se hallaban invadidas y convertidas en un barrio. Los nuevos habitantes de la ciudad habían tomado también los laterales de la vía del tren con una ranchería que ascendía por las estribaciones del parque Imbert – conocido entonces como “el cerrito de María Pompón”, en alusión a María Álvarez (a) Pompón, propietaria de terrenos allí- y continuaba hasta Las Totumas.
En 1933, el gobierno de Trujillo ordenó el desalojo de las familias en esta última zona, ejecutado por el Ayuntamiento en el perentorio plazo de 25 días. Aquellas familias fueron ubicadas en terrenos de Simón Díaz, Ángel Elmúdesi y Abelardo Viñas y los herederos de la sucesión de James Palmer, trazándose cinco calles transversales y cinco longitudinales, resultando 22 cuadras con 481 solares de 120 metros cuadrados cada uno.
La incipiente barriada dotada de una capilla, una casa escuela, un puesto de policía y una fuente pública de agua, fue designada por el ayuntamiento con el nombre de “Ensanche Presidente Trujillo” el 2 de mayo de 1933. Tras la caída de la dictadura, es el 20 de noviembre de 1961, que mediante la resolución No.1290-61, el Ayuntamiento resolvió cambiar aquel nombre por el de “Pueblo Nuevo”, que ostenta desde entonces este ya tradicional barrio de Santiago.
Este sector de la ciudad se reconoce por la gran cantidad de pequeñas fábricas de calzados, las que suplían algunas tiendas del mercado local o que eran comprados de manera directa. Rafael Rodríguez, de 84 años, fue el primer presidente de la Asociación de Zapateros, fundada en 1963. Recuerda que prácticamente el 60 por ciento de los que residían allí, vivían de la industria del calzado. Aunque no es nativo de Pueblo Nuevo, llegó apenas con diez años y ya son 74 los que tiene en la barriada. Aunque cada vez son menos los que viven de esa labor, algunos moradores de la barriada apuestan al despertar.
Carlos Martínez es uno de esos emprendedores que hace siete meses decidió iniciar su propio taller, denominado “Cardaya”, en la calle Abua Rodríguez. Actualmente cuenta con siete empleados y un mercado local cautivo, pues los zapatos que hace son confeccionados en piel. El crecimiento le está permitido, ya que un estadounidense se interesara en adquirirlos y venderlos en el mercado norteamericano.
A Pueblo Nuevo también lo identifica su dinámico Mercado Central. Su local, construido en el año 1968, junto al Hospedaje Yaque, constituyó uno de los principales espacios para ofertar productos agrícola de la zona del Cibao. La parte frontal se ubica en la avenida J. Armando Bermúdez. José Ismael Rodríguez, administrador del mercado de Pueblo Nuevo, reconoce que con la salida de los vendedores informales que cada jueves copaban casi toda la barriada, han disminuido las recaudaciones, pero también ha mejorado la imagen. Actualmente, cuentan con 170 puestos de ventas y allí hacen vida aproximadamente 300 hombres y mujeres.
Desde puestos de botánicas, de ventas de verduras, ropa, joyería, tenis hasta financieras de vehículos operan en el mercado. Con la llegada de Abel Martínez como alcalde, una de las medidas fue sacar a buhoneros dominicanos y haitianos, debido a su crecimiento desordenado, que estaba llevando a que se expandiera hasta el pleno casco urbano de la ciudad.
En este popular sector de Santiago está el camposanto más importante, el de la 30 de Marzo, que data de 1840 o 1850. El historiador Edwin Espinal, refiere que aunque en 1775 la corona española había ordenado la eliminación de los cementerios parroquiales, todavía para 1805, el camposanto de la ciudad estaba frente a la Iglesia Parroquial Mayor, hoy Catedral Santiago Apóstol. Posteriormente, fue trasladado junto al camino que conducía al río por La Otra Banda (al final de la calle Del Sol).
El llamado cementerio viejo fue reubicado en el extremo norte de la calle de San Sebastián (hoy 30 de Marzo). Espinal refiere que el cementerio estaba alejado del casco central, y la nueva necrópolis quedó separada de los vacíos circundantes por muros ante los que fueron fusilados en 1863 Eugenio Perdomo, Vidal Pichardo, Carlos de Lora, Ambrosio de la Cruz, Antonio Batista y Thomas Pierre, primeros mártires de la Restauración. En 1976, el Archivo Histórico de Santiago inventarió las tumbas de reconocido valor de este camposanto. Sin embargo, nunca se ha planteado la realización de un proyecto para el rescate de sus patrimonios edificado e inmaterial y su consecuente valorización.
Identifica sector
El Parque Imbert recibe también el nombre de Parque de Piedras. Está ubicado entre las avenidas 27 de Febrero e Imbert. El parque hace honor al héroe independentista José María Imbert, quien junto a Fernando Valerio encabezó la batalla de Santiago del 30 de marzo de 1844. Cada año, es este el punto que la presidencia de la República utiliza para el acostumbrado desfile cívico militar con motivo de la batalla. Luego de permanecer un largo tiempo abandonado, con el apadrinamiento de la Ferretería Ochoa, el parque fue rescatado y sirve para el esparcimiento de residentes en la zona.
Del barrio