WASHINGTON. Más de dos centenares de musulmanes se manifestaron ayer frente a la Casa Blanca contra la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
Desde que el pasado miércoles, Trump anunció que reconocía a Jerusalén como capital israelí y que, por tanto, trasladaría la embajada de EE.UU. a la ciudad, las protestas contra la decisión se han sucedido en Oriente Medio.
“Es un movimiento que provocará tensiones en la región, por eso estamos aquí para protestar”, afirmó hoy a Efe Taher Herzallah, director asociado de la asociación Musulmanes Americanos por Palestina, que convocaron a los asistentes al acto.
Descalzados para realizar rezos y atender a las palabras de los organizadores, más de un centenar de personas se arrodillaron frente a la residencia presidencial para clamar contra Trump, rodeados de otro centenar de manifestantes que portaron carteles en los que se podía leer “Jerusalén es de todos” o “Jerusalén es palestina”.
Herzallah incidió en que la declaración del presidente estadounidense acaba con “la imparcialidad de Estados Unidos como mediador en el conflicto” y agregó que Trump “ha dejado muy clara su posición y de qué parte está”.
“Esto va contra décadas de política estadounidense en lo referido al tema de Jerusalén”, lamentó el activista, quien señaló que, aunque “es posible” que se revierta la situación, “llegados a este punto” Trump ya se ha decantado.
Al acto acudieron representantes de diferentes organizaciones en defensa de los derechos de los musulmanes como el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas o el Círculo Islámico de Norte
América por la Justicia Social.
Tras la decisión de Donald Trump, Naciones Unidas remarcó que el estatus de Jerusalén debe decidirse entre ambas partes y rechazó la toma de decisiones unilaterales.
Estados Unidos se convirtió así en el único país en reconocer la capitalidad de Israel y en anunciar el desplazamiento de su legación a la ciudad, ya que en 1980 la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus embajadas de allí tras la anexión por parte de Israel de la zona oriental de la urbe.