SANTIAGO.-Choferes y conductores de Santiago, no acogieron ayer el llamado, hecho por el Movimiento Cívico Apartidista #Somos Pueblo, a no echar combustibles los martes, por lo que la mayoría de las estaciones laboraron normal.
En un recorrido hecho por reportero de La Información, se pudo observar que la demanda de los derivados del petróleo se desenvolvía de manera normal, sobre todo en las estaciones de expendio de gasolinas y gas-oil.
Empleados de la estación de expendio Esso, de la carretera Duarte en el Embrujo I de esta ciudad, explicó que la venta de gasolina era normal ayer, a pesar del llamado de la entidad.
Una situación similar ocurrió en otras estaciones de la ciudad, donde desde el incremento del uso del Gas Licuado de Petróleo (GLP), la demanda de los tipos de gasolina ha disminuido en comparación a años anteriores.
La #MartesNoEches, mediante la cual se hacía un llamado a los ciudadanos y ciudadanas que se sentían engañado, por el manejo ilegal del precio de los combustibles por parte de las autoridades, fue lanzada el domingo pasado, pero ayer en su primer martes en Santiago la misma no fue acogida.
La iniciativa procuraba que ningún ciudadano acudiera a proveerse de combustibles los días martes, a fin de presionar, de manera pacífica, para que las autoridades reviertan sus políticas y se sometan a la legalidad, cumpliendo con lo estipulado por ley.
El anuncio fue hecho por ciudadanos que dicen ser independientes y preocupados por la mala gestión que en términos de aplicación de la Ley desarrolla el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, encabezada por Jesús Espaillat C., Ricardo Ripoll, Vielka Arias, Eduardo Sánchez Tolentino, Luaiti Santaella, Clarisa Gil, Ko González, entre otros.
Desde la implementación de la Ley de Hidrocarburo, mediante la cual se estableció que los precios de los derivados del petróleo en el país, se aplicarían de acuerdo al comportamiento del precio del barril del petróleo en el mercado internacional, diferentes sectores del país, han mostrado su inconformidad.
Su desacuerdo se sustenta en el hecho de los cambios de precios se realizan de manera antojadiza por parte de las autoridades, porque no se hacen ajustado a la realidad internacional.