SANTIAGO.-Mediante una ley promulgada en el 1991 para favorecer a las personas mayores de 65 años, a la familia y la sociedad dominicana en particular, dio lugar a la creación del Consejo Nacional de las Personas Envejecientes (CONAPE) para lo cual se promulgó la ley 352-98 la cual buscaba proteger a las personas envejecientes, pero esto ha quedado en letra muerta o como diría el pueblo en simple teoría sin ser aplicada en la práctica ya que ni siquiera con la ley de Seguridad Social 87-01se cumple, mucho menos con otras leyes que vayan a beneficiar a los más desposeídos.
En la República Dominicana se presume que la población envejecientes se esta acercando a la 800 mil personas las cuales no tiene acceso a ningún tipo de servicio de salud y por ende de Seguridad Social ni asistencia social.
La Geriatría y la Gerontología especialidades médicas de la mas reciente creación que se dedican a tratar y cuidar a los envejecientes contando con muy pocas unidades de las mismas a nivel nacional, ya que lo que existen son hogares de ancianos los cuales funcionan gracias a patronatos y donaciones de individuos particulares y la parte médica también en dicho centro se hace casi de forma voluntaria lo que certifica el estado irregular en que se maneja la salud especialmente de los envejecientes en la República Dominicana.
Cuando hablamos de envejecientes debe entenderse que estamos hablando de personas mayores de 65 años con trastorno de conducta por enfermedades de tipo demencial siendo la más importante de toda esta, la enfermedad de Alzheimer, entonces nos tendríamos que preguntar ¿Qué son los trastornos del comportamiento? Puedo asegurarle en mi condición de especialista en Psicología, Psiquiatría y Geriatría que vivir con un ser que pierde la memoria es muy difícil, sobre todo cuando esto ocurre la 24 horas del día pues el diario vivir se puede convertir en una pesadilla mas para los familiares y/o cuidadores del enfermo que para él mismo, ya que en lo mismo vamos a encontrar a pacientes incoherentes por lo regular con agitación, agresividad, irritabilidad, deambulación, repetición de preguntas y de gestos que no eran habituales en el pasado reciente, así como alucinaciones y sobre todo enfermedades psicosomáticas…
Los familiares y los cuidadores del enfermo suelen caer en situaciones de estrés lo que hace que los mismos se enfermen y mueran con frecuencia primero que los pacientes, si los medicamentos no son bien aplicados se convierten en un problema mas que en una solución puesto que los fármacos “anti-alzheimer” tienen una eficacia muy modesta y hay que aislar muy fino en el diagnóstico y en el tratamiento para obtener buenos resultados, no debemos olvidar que la mayor parte de estos pacientes caen en apatía, ansiedad, trastorno del sueño, agresividad y violencia dado su cuadro psicopatológico.
Como profesional de la conducta humana especializado en Geriatría quiero hacer un llamado a todos los sectores sensato para que entiendan que los ancianos cuando empiezan los trastornos ante descrito deben ser llevados bien al especialista de la conducta o al Geriatra para así seguir evitando que su conducta siga empeorando, pues con ello sin darnos cuenta estaríamos privando de la libertad a alguien con una enfermedad muy complicada y delicada, recordando pues que vivimos en una sociedad de derecho sobre todo para los mas indefensos como son los ancianos y los niños, seamos mas solidarios a partir de hoy con los envejecientes y ojalá se aplicara la ley que lleva mas de 20 años inoperante en Rep. Dom…
El autor es especialista en Psicología, Psiquiatría y Geriatría.