SANTIAGO.-El canciller del Sistema Corporativo Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), doctor Príamo Rodríguez Castillo, exhortó a las autoridades investigar el caso de la compañìa multinacional ODEBRECHT.
“De manera que el país tiene como compromiso, por no decir obligación, no sentarse a esperar que les lleguen los expedientes a las manos de los funcionarios, personas y empresas pertinentes, sino, que como caso especial asumirlo con responsabilidad y estudiarlo, investigarlo y tomar las decisiones”, afirmó Rodríguez Castillo.
Y agregó “primero las judiciales de acuerdo a las Leyes Dominicanas, a los principios y acuerdos internacionales y a la disposición que como ejemplo o idea está llevando los Estados Unidos de Norteamérica con relación a este caso en Brasil”.
“También, expuso el académico- se podría mirar como ejemplo el de los otros países que están envueltos en esta práctica torrencial corrupta donde esta empresa tiene ejercicio o influye. Su práctica es como un decorado teatral referido a escenarios que más que simulados no soportan presupuestos de ninguna realidad, seriedad y ética”.
“Hasta ahora, nos parece y estamos viendo que parte de las autoridades responsables han tratado de lacrar, documentalmente los expedientes e informaciones correspondientes y cerrarlos, como otras veces se ha hecho o dispuesto, para que la verdad no aflore y no se culpe a los responsables”, subrayó.
A continuación el análisis íntegro, en el marco de una reflexión de Príamo Rodríguez Castillo:
El estudio del buen comportamiento humano, debe estar motivado y tener la actitud a la luz de la disciplina de la verdad, de la ética, que en un procedimiento simple o normal trata de lo que debe hacerse, cómo se debe actuar para hacer lo que es bueno y correcto; es pues una enseñanza que nos dice lo bueno y correcto, se trata pues más bien de un uso y desarrollo plural de la conducta, de la costumbre, de la forma de vivir en una práctica social humana.
Si tomamos metodológicamente el problema de Odebrecht en lo acontecido, más bien que en lo sucedido como hecho empresarial, puesto que la repercusión y trascendencia se internacionaliza en una práctica grosera y fuera de toda ética en el servicio público y privado, puesto que el hecho mismo reviste una importancia mundial, ya que este hecho tiene una cadena de producción, ejecución y construcción desarrollada en muchos países, además de República Dominicana.
De manera que el país tiene como compromiso, por no decir obligación, no sentarse a esperar que les lleguen los expedientes a las manos de los funcionarios, personas y empresas pertinentes, sino, que como caso especial asumirlo con responsabilidad y estudiarlo, investigarlo y tomar las decisiones, primero las judiciales de acuerdo a las Leyes Dominicanas, a los principios y acuerdos internacionales y a la disposición que como ejemplo o idea está llevando los Estados Unidos de Norteamérica con relación a este caso en Brasil; también se podría mirar como ejemplo el de los otros países que están envueltos en esta práctica torrencial corrupta donde esta empresa tiene ejercicio o influye. Su práctica es como un decorado teatral referido a escenarios que más que simulados no soportan presupuestos de ninguna realidad, seriedad y ética.
En el país se ha provocado una tormenta que envuelve en la sombra a funcionarios y empresarios, que en voces bajas, por desconocimiento de los sujetos envueltos, laceran, hieren, lastiman, hacen daño, perjudican y producen perjuicios a funcionarios, empresarios y compañías que han tenido que ver con el hecho y ejercicio, pero sin producir perjuicio ni daño a su reputación; en cambio, aquellos que han perturbado a los demás y al país, envuelto en una torrente de corrupción, causada consecutivamente, perversamente, intencionalmente. Es maldad que hace daño a aquellos que no se involucraron en esa práctica maligna y fuera de toda ética, así como al país y más a toda la Sociedad.
La jerga de parte de los grupos sociales y profesionales que ensucia, tanto a funcionarios,, personas y empresas hay que definirla en su acepción cierta o incierta, trae calificaciones de culpabilidad con intenciones de hacer daño, al no ser los hechos y las acciones comprobadas y entendidas por un juego cruzado que los toca a todos.
Tal como dice el argot popular, mansos y cimarrones, culpados o señalados en su libertad humana, en su moral y en su civismo y cultura social.
Hasta ahora, nos parece y estamos viendo que parte de las autoridades responsables han tratado de lacrar, documentalmente los expedientes e informaciones correspondientes y cerrarlos, como otras veces se ha hecho o dispuesto, para que la verdad no aflore y no se culpe a los responsables.
Se comenta también, que este caso como acción de práctica de corrupción, en la aceptación de sobornos y perversión, es un vicio que viene desde hace quince (15) años con Odebrecht y que viene estropeando la moral de la construcción civil del país, además alterando significativamente la forma de la estructura en las infraestructuras de la construcción de obras civiles, pues se habla de que la mayoría de las obras construidas por Odebrecht han sido sobreevaluadas por múltiplos de dos y hasta de cuatro, violentándose la ley de construcciones públicas y la transparencia de las licitaciones, puesto que obras cuyo costo presupuestal se modifican en el camino o en el proceso de construcción, y muchas veces, las autoridades han tenido que aceptar los cambios hechos con posterioridad, con causales faltas de alteraciones encontradas en el proceso de construcción.
Por cuanto, no sólo se debe estudiar los 92 millones de dólares que Odebrecht dice que entregó como sobornos, sino al menos, y también el 50 por ciento del total de los pagos realizados por el total de las construcciones realizadas en el país.
Somos conocedores de la ética y moral de muchos funcionarios que han estado en el desempeño de la cosa pública, como empresas contratadas y personas que han intervenido en la construcción de Odebrech, que hoy día están en esa jerga que he hablado, y que hoy, en consecuencia hay que mostrar a aquellos que sí tienen que ver con este caso, que su transparencia en sus servicios puede quedar a relieve; puesto que el ser humano, como compuesto de alma y cuerpo, puede verse afectado ya que los problemas del alma, enferman al cuerpo y los del cuerpo dañan el alma; es decir que el espíritu y la sanidad de la dignidad no puede ser afectada por la malignidad.
Siento que con esta visión, dejo satisfecha la petición de algunos amigos que me han solicitado me refiera a este tema públicamente.