VARSOVIA. El presidente de Polonia, Andrzej Duda, ratificó ayer la Ley que permitirá eliminar los nombres de las calles vinculados al régimen comunista, que finalizó en 1989 gracias al empuje del Sindicato Solidaridad y al colapso de la Unión Soviética.
Se estima que aún existen alrededor de 1.300 calles y avenidas con nombres relacionados con el pasado comunista del país.
La norma entrará en vigor el próximo año, cuando se nombrará una comisión que decidirá que nuevos nombres sustituyen a los retirados.
Con la llegada al poder del partido nacionalista Ley y Justicia, que ganó por mayoría absoluta las elecciones del pasado octubre, se han intensificados los pasos para borrar los restos del periodo comunista (entre 1945-1989).
A esta norma ratificada hoy se suma el debate abierto para retirar los monumentos levantados en memoria del Ejército Rojo, repartidos por toda Polonia.
El Gobierno polaco planea retirar cerca de quinientos monumentos soviéticos, según anunció el director del Instituto de la Memoria Nacional, Lukasz Kaminski, en una entrevista con el portal Onet.pl a finales del pasado mes de marzo.
Los monumentos serán retirados y trasladados a museos, donde pueden llegar a ser “testigos de tiempos duros para Polonia”, añadió Kaminski.
El Ejecutivo no ha confirmado esta información, que de ser cierta contará con la férrea oposición de Rusia.
Moscú defiende que estos monumentos deben permanecer, ya que recuerdan la lucha de los pueblos de la Unión Soviética para liberar a Europa del nazismo.