El presidente de Brasil Michel Temer ordenó a las tropas federales restaurar el orden en la capital tras la evacuación de algunos ministros a causa de los enfrentamientos entre policías y manifestantes que piden la renuncia del mandatario.
Decenas de miles de manifestantes marcharon hacia el Congreso para protestar por las reformas económicas que Temer impulsa, además de exigir su renuncia debido a un escándalo de corrupción.
Lo que comenzó como pequeños roces entre la policía y los manifestantes que intentaban abrirse paso, se convirtió en un enfrentamiento a gran escala en el que los agentes lanzaron gases lacrimógenos y pimienta para contener a la multitud. En respuesta, los manifestantes generaron incendios y utilizaron sanitarios portátiles para crear barricadas.
Conforme los enfrentamientos crecían, algunas agencias gubernamentales tuvieron que ser evacuadas, informó la presidencia. El portal noticioso G1 reportó que los manifestantes causaron un incendio en el Ministerio de Agricultura.
En un breve mensaje a la nación durante los disturbios, el ministro de Defensa Raul Jungmann dijo que se desplegaron tropas para proteger edificios federales, incluyendo el palacio presidencial. El despliegue fue autorizado por un decreto presidencial que abre la posibilidad de que se utilice de manera más extensa a los soldados en la capital. El decreto indica que Jungmann decidirá el alcance.
“Este desastre, este caos es inaceptable”, dijo Jungmann. “El presidente Temer no lo permitirá”. El ministro añadió que las tropas ya habían ingresado al Ministerio del Exterior. Imágenes de televisión mostraron soldados a las afueras del palacio presidencial.
Temer intenta mantenerse en el poder luego de que se reveló una grabación de audio en la que presumiblemente se le escucha dando su visto bueno a un soborno para un ex legislador encarcelado. El Supremo Tribunal Federal de Brasil le investiga por obstrucción de la justicia y corrupción pasiva. El mandatario se ha resistido a los llamados para que presente su renuncia y dijo que disputará las acusaciones.
La decisión de utilizar al ejército para hacer frente a las protestas podría incrementar el descontento hacia el gobierno, y varios altos funcionarios ya se habían distanciado de esos actos. Rodrigo Maia, presidente de la cámara baja del Congreso, dijo que le había pedido a Temer que en su lugar utilizara a la Fuerza Nacional, un grupo élite de la policía.
El juez Marco Aurelio Mello, del Supremo Tribunal Federal, dijo que “está un poco preocupado por el contexto” de la decisión de Temer.
Incluso antes de que se presentara el más reciente escándalo, la popularidad de Temer era baja, en parte debido a la oposición a las reformas económicas que su gobierno impulsa en el Congreso. Muchos de sus aliados y asistentes se han visto involucrados en una investigación de corrupción que ha enviado a la cárcel a líderes empresariales y altos políticos.
Desde que se dio a conocer el escándalo, la presión continúa acumulándose sobre Temer. La policía federal pidió el miércoles al mandatario que se presente a un interrogatorio, informó el equipo legal del presidente en un comunicado, pero sus abogados dijeron que la solicitud era inapropiada.