El presidente Donald Trump aprobó el jueves la publicación de unos 2,800 archivos secretos sobre el asesinato de John F. Kennedy en 1963, pero ordenó que varios centenares de ellos permanezcan clasificados.
La decisión, luego de que el mandatario anunciara previamente que no veía motivos para impedir la salida a la luz de todos los documentos, generó nuevamente dudas sobre uno de los hechos de la historia de Estados Unidos que más ha generado polémicas y todo tipo de teorías de la conspiración.
Pero mientras algunos se siguen preguntando si el gobierno de Estados Unidos intenta esconder algo, más de 50 años después, los textos desclasificados el jueves muestran nuevas claves, no solo del asesinato, sino también de la época.
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Planes para asesinar a presidentes y figuras controvertidas de la política mundial, inacciones de la CIA y el FBI para detener al sospechoso y conjuras sexuales se suman al enjambre de piezas que conforman desde hace décadas el todavía incompleto rompecabezas detrás del último asesinato de un presidente en la historia de Estados Unidos.
Aquí te mostramos algunas claves de los últimos documentos revelados.
El precio de la cabeza de Fidel Castro
Durante años, el gobierno de Cuba denunció supuestos planes de la CIA para asesinar al líder comunista Fidel Castro.
De hecho, una de las teorías conspirativas que se tejió en torno al asesinato de Kennedy desde la década de 1960 tuvo que ver con Cuba y con la revolución castrista.
Por un lado, los que afirmaban que Castro estuvo detrás del tiroteo de Dallas y, del otro, quienes aseguran que detrás del asesinato estaban, precisamente. los que se oponían al gobierno de la isla y a un posible acercamiento entre La Habana y Washington.
“Creo que puede haber una conexión entre los intentos de la CIA de asesinar a Castro y el asesinato de Kennedy. Lee Harvey Oswald (el presunto asesino) sabía de esos intentos y pudo haberse sentido motivado para asesinar a Kennedy en represalia” (dadas sus cercanías con el comunismo), explica a BBC Mundo Patrick Maney, profesor de historia presidencial en el Boston College.
Los documentos publicados el jueves revelan encuentros de la agencia de inteligencia de Estados Unidos con emigrados cubanos de Florida para trazar planes para asesinar a Castro.
En las reuniones, incluso, se le pone precio a la cabeza del líder cubano y algunos de sus principales seguidores, como su hermano, Raúl Castro, y Ernesto Guevara.
De acuerdo con el documento, los emigrados pagarían US$100,000 por la muerte de Fidel (aproximadamente US$ 1,3 millones en la actualidad), y otros US$20,000 por Raúl y Guevara, respectivamente (unos US$256,000 ahora).
Pero no quedó solo en ellos.
Otro documento describe un esquema propuesto por el Pentágono llamado Operación Bounty, que buscaba derrocar a Castro, y estableció un sistema de recompensas financieras a los que mataran a “comunistas” cubanos.
Estos debían debían entregar a la CIA pruebas “concluyentes” del asesinato, como el carnet del partido del fallecido.
Las recompensas se darían en dependencia del cargo del funcionario asesinado.
Atentados contra otros líderes
Pero aunque los intentos de asesinar a Castro son los que se mencionan con más frecuencia entre los archivos desclasificados, el nombre de otros líderes “incómodos” para Estados Unidos también se encuentran en los textos.
Según un “resumen de hechos” de 1975, la CIA también consideró matar al mandatario congoleño Patricio Lumumba (quien fue asesinado en 1961) y a Sukarno, el primer presidente de Indonesia tras la independencia.
Los recibos y las cuentas financieras de los proyectos clandestinos también muestran el pago de decenas de miles de dólares para financiar “actividades anticomunistas” y garantizar suministros y armas para la oposición a los gobiernos de Cuba, República Dominicana, Congo y Vietnam del Norte y del Sur.
De hecho, uno de los documentos de 1975 relata el testimonio del entonces director de la CIA, Richard Helms, quien afirma que el presidente Richard Nixon creía que la agencia fue responsable de la muerte del líder de Vietnam del Sur, Ngo Dinh Diem.
Sin embargo, Larry Sabato, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Virginia y autor de The Kennedy Half-Century, una investigación en torno a los hechos de noviembre de 1963 explica a BBC Mundo que realmente no existe aún evidencia sobre la participación de Estados Unidos en la muerte del político vietnamita.
Helms sostiene en el memorando que “no hay absolutamente ninguna evidencia de esto (del asesinato) en los registros de la agencia”.
La llamada misteriosa
Uno de los hechos más misteriosos que aparece en los nuevos documentos es una llamada telefónica que asombró a un medio de comunicación y a una agencia de inteligencia del otro lado del mundo.
Según un memorando de la CIA al FBI, un periodista británico del diario Cambridge Evening Newsrecibió una llamada anónima 25 minutos antes del asesinato de Kennedy en la que le dijeron que llamara a la embajada de Estados Unidos para recibir una “gran noticia”.
“Después de recibir la noticia de la muerte del presidente, el periodista informó a la policía de Cambridge de la llamada anónima y la policía informó al MI5 (el servicio secreto británico)”, señala el texto..
Las “fiestas sexuales”
Varios de los archivos revelados ponen tintes sexuales a la investigación de la muerte de Kennedy.
Un memorando del FBI de 1960 relata la investigación de Fred Otash, un conocido detective de Los Ángeles, para encontrar a una “reconocida prostituta de Hollywood” quien, supuestamente, había organizado fiestas sexuales que involucraban al entonces senador John F. Kennedy; su cuñado, el actor Peter Lawford, y el popular cantante Frank Sinatra.
Otro de los textos alude al envío de una comunicación al entonces fiscal general Robert F. Kennedy, hermano del presidente, sobre la publicación de un libro que abordaría sus relaciones con la actriz Marilyn Monroe.
Sin embargo, de acuerdo con Sabato, más allá de estos matices, los nuevos archivos no aportan ningún nuevo detalle que brinde datos relevantes sobre uno de los mayores misterios de la política de Estados Unidos en el siglo XX.
Oswald en la mira
De acuerdo con Sabato, una de las preguntas fundamentales sobre los hechos de 1963 es hasta qué punto el gobierno de los Estados Unidos sabía de los planes de Lee Harvey Oswald, el presunto culpable del asesinato.
En archivos desclasificados previamente ya se hablaba de una misteriosa visita de Oswald a la Ciudad de México, en la que visitó las embajadas de Cuba y de la Unión Soviética.
Uno de los documentos publicados el jueves revela que, durante esa visita, Oswald habló con un miembro del Departamento 13, una unidad “responsable de sabotaje y asesinato” de la KGB, la inteligencia soviética.
Otro de los textos señala que la división del FBI en Dallas tenía a Oswald en la mira en octubre de 1963, un mes antes de asesinato de Kennedy.
Según el informe, el hombre era “de interés” según “fuentes cubanas”, por lo que iniciaron investigaciones para localizarlo.
Sin embargo, nadie actuó y Oswald, presuntamente, disparó contra Kennedy.
El profesor del Boston College cree que detrás de este punto se encuentra una de las principales razones por las que las agencias de inteligencia se siguen oponiendo a la desclasificación total de los documentos.
El académico, que descarta una posible implicación de la CIA o el FBI en el asesinato, como han sugerido algunas teorías, cree que la principal responsabilidad de esas agencias fue su “mal trabajo”.
“El asesinato pudo probablemente evitarse, había datos que llevaban a pensar que eso podría ocurrir. Y sencillamente, no le prestaron atención. Quizás no por complicidad, sino por procedimientos equivocados”, explica.