SANTIAGO.-Según las Sagradas Escrituras en su segundo libro del Antiguo Testamento, libro llamado de Liberación y la Alianza y que se inicia siguiendo el camino sobre la verdad la cual persigue la corrupción y la impunidad por ser un verdadero cáncer como bien se puede ver en el evangelio de Jesucristo según lo explica el Papa Francisco en sus homilías, pero sobre todo en el Viejo Testamento, de allí que el Señor señalara que no vino a proteger ni cubrir a nadie, sino a ser cumplir las leyes que eran violada en Egipto y el Señor se coloca del lado de los que sufren por ser un padre de misericordia y bondad, como ocurre en las marchas verdes de Rep. Dom.
Lo que pasa hoy en país es muy parecido a lo que pasó Moisés y los israelitas para liberarse de la opresión que le ponían al pueblo de Dios a través de la corrupción y la impunidad, es como la que no están aplicando a los dominicanos, así como a Moisés le entregaron la ley con los mandamientos para ser cumplido cuando llegaran a las tierras prometidas ya que ninguna nación puede vivir sin tener orden y disciplina, pero como no se cumplió con ella el Padre se vió obligado a enviar su único hijo Jesucristo para no tolerar en los seres humanos la opresión y la injusticia, pues el Padre nos creó a su imagen y semejanza, libre e independiente e incluso con libertad de llegar a negar al propio Padre e incluso a Jesús que vivió ayer si le comparamos con los profetas que vinieron mucho antes a la tierra escogido por Dios.
El pueblo dominicano está llamado a escuchar la voz de nuestro hermano mayor Jesucristo y el domingo 26 participar en la marcha verde en Santiago en busca de la gloria para un pueblo cristiano que escucha la voz de su pastor como la escuchó Moisés y su pueblo y podamos hacerle al Señor un verdadero santuario en nuestro cuerpo que es en verdad templo del Espíritu Santo.
Así como el libro del éxodo nos explica la marcha en el desierto y luego de salir de la opresión del pueblo egipcio alcanzar la gloria, también lo hará nuestro pueblo para así acabar con la corrupción y la impunidad que lleva a destrucción total del individuo, la familia y la sociedad por la injusticia la cual incrementa la inseguridad ciudadana, la destrucción del sistema educativo, de salud y el resto de todo aquello que tiene que ver con la moral y la ética, aunque los tiempos cambien ella siguen siendo la base de toda sociedad en vía de desarrollo y crecimiento.
Ser indiferente a la realidad que vive nuestro pueblo y el mundo es ser partícipe y culpable de lo que vivimos, sigamos los pasos de Jesús y por qué no de Duarte el más grande de los dominicanos por ser un auténtico cristiano siendo este su principal ideal según se puede ver al poner la cruz en la bandera y las Sagradas Escrituras, en el escudo y si se ve muy distante a Duarte piénsese en los grandes líderes de siglo pasado, Juan Bosch, José Francisco Peña Gómez y hasta en Balaguer, quienes jamás se enriquecieron con los recursos del Estado como ha estado ocurriendo en los últimos años.
Ser honrado nos lleva a decir la verdad y la misma ataca la raíz de la corrupción y la impunidad por ser un cáncer como dice el Papa según Jesucristo.
Participar en la marcha verde el domingo 26 en Santiago es ayudar a que se pare con la violencia que se ha incrementado producto de la corrupción y la impunidad que lleva a la inseguridad ciudadana como empezó esta semana con la muerte de varias mujeres en plena vía pública en hora pico casi todo hecho llevado a cabo desde motocicletas de alto cilindraje, preparada para el crimen y la maldad, producto de la corrupción y la impunidad sobre todo el caso de la educadora Dayci, esposa del diácono Acosta del a Parroquia el Buen Pastor, del D.N., entre otras.
La marcha verde será para que sean transparentados los recursos del Estado y en especial lo de Educación y que se terminen los hospitales públicos que están parado y que la ley 87-01 se ponga al servicio de los ciudadanos y no de los intereses más oscuro de este humilde pueblo que sufre por esta y muchas otras razones, debemos marchar con la familia en busca de justicia y equidad lo cual las autoridades ignoran, allí debemos estar todos los cristianos sin importar la religión que ojala pudiéramos terminar en un acto en conjunto evocando al Divino Creador y sobre todo a Jesucristo como ha estado señalando el Papa Francisco y la Conferencia del Episcopado Dominicano en múltiples ocasiones.
Recordemos que cuaresma es tiempo de conversión lo cual nos explica Jesús en su peregrinar y el cual nos llama al cambio ante la realidad y la maldad que se comete a través de la corrupción y la impunidad.
El autor es especialista en Psicología, Psiquiatría y Geriatría
Hospital Universitario José María Cabral y Báez