Por Daren Butler y Seda Sezer
ESTAMBUL (Reuters) – La policía antidisturbios disparó varias ráfagas de gas lacrimógeno en Estambul y Ankara el domingo tratando de impedir que los manifestantes anti-gubernamentales se reagruparan de cara a la marcha organizada por el partido del primer ministro Recep Tayip Erdogan.
Máquinas excavadoras quitaron las barricadas y trabajadores municipales barrieron las calles adyacentes a la céntrica Plaza Taksim, tomada por la policía, después de que miles de activistas salieran a las calles por la noche tras una carga policial en la que los agentes antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua.
El colectivo de protesta detrás de la campaña del Parque Gezi, Solidaridad Taksim, llamó a los activistas a concentrarse de nuevo en la plaza, pero el gobernador de Estambul, Huseyin Avnni Mutlu, dejó claro que no lo permitiría.
“Cualquier convocatoria en Taksim no contribuirá a la paz y a la seguridad”, dijo a los periodistas, mientras la policía antidisturbios disparaba gases lacrimógenos en varios lugares para dispersar a los grupos de manifestantes.
“Cuando el ambiente actual sea estable podrán continuar ejerciendo sus derechos democráticos. Bajo las circunstancias actuales no permitiremos ninguna concentración”, añadió.
Se espera que decenas de miles de seguidores del partido gobernante, el AKP, se reúnan a varios kilómetros de distancia de la plaza, en la otra punta de la ciudad, para acudir a la segunda marcha de la semana organizada por Erdogan, quien dijo a una masa de simpatizantes el sábado en Ankara que machacaría a sus oponentes en las elecciones del año próximo.
Erdogan ha asegurado que las marchas del AKP en Ankara y Estambul sirven para dar inicio a la campaña de las elecciones locales del año que viene y no tienen ninguna relación con las protestas, pero son ampliamente percibidas como una muestra de fuerza en respuesta a las manifestaciones.
El contundente orador Erdogan ha sido durante mucho tiempo el político más popular de Turquía, su partido AKP ha ganado tres elecciones seguidas, con un porcentaje mayor de votos en cada oportunidad, pero sus críticos lo acusan de ser cada vez más autoritario.
Aunque las manifestaciones no han supuesto una amenaza inmediata para su Gobierno, sí han empañado la imagen de Turquía como un paraíso de la estabilidad en un Oriente Medio turbulento.
MANIPULACIÓN
Manifestantes en pánico huyeron a un elegante hotel ubicado detrás del parque, muchos de ellos vomitando mientras las nubes de gas lacrimógeno y estallidos de lo que testigos aseguraban que eran bombas de estruendo -diseñadas para crear confusión más que heridas- envolvían al parque.
“Intentamos huir y la policía nos persiguió. Fue como en la guerra”, contó a Reuters Claudia Roth, presidenta adjunta del Partido Verde alemán, que había ido al Parque Gezi para mostrar su apoyo.
Erdogan había advertido horas antes de que las fuerzas de seguridad despejarían el área alrededor del parque -donde los activistas han acampado durante más de dos semanas- antes de la celebración de una marcha del partido en el Gobierno al otro lado de la ciudad prevista para más tarde el domingo.
El Ejecutivo dice que los manifestantes han sido manipulados por grupos ilegales que pretenden desestabilizar el país.
“Hay grupos ilegales allí. Qué país cerraría los ojos si un espacio público fuera ocupado por un grupo marginal”, declaró el ministro para la Unión Europea, Egemen Bagis, a la televisión local Kanal 24, citando palabras del gobernador de Estambul en las que dijo que se creía que algunos manifestantes portaban pistolas.
“¿Qué dijo el primer ministro? dijo que la gente con buenas intenciones debería irse, nosotros nos ocuparemos de los terroristas. Al no irse de allí han creado la impresión de que protegen a los terroristas”, dijo Bagis.
Las manifestantes del Parque Gezi, que se oponen a los planes del Gobierno de construir una réplica de barracas de la era otomana allí, han desafiado reiteradas peticiones para que dejen el lugar, pero han comenzado a reducir su presencia en el parque tras reuniones con Erdogan y autoridades locales.
Una represión similar contra manifestantes pacíficos acampados en el Parque Gezi hace dos semanas provocó la oleada de protestas sin precedentes contra Erdogan, uniendo a laicos, nacionalistas, profesionales, sindicatos y estudiantes, que tomaron las calles en protesta por lo que perciben como un estilo autoritario.
Los disturbios, en los que la policía ha disparado gases lacrimógenos y cañones de agua contra los activistas que contestaban con piedras noche tras noche en ciudades como Estambul y Ankara, dejaron cuatro personas muertas y alrededor de 5.000 heridos, según la Asociación Médica Turca.
HUELGA GENERAL
Una confederación sindical del sector público, KEKS, que tiene alrededor de 240.000 miembros, dijo que llamaría a una huelga nacional para el lunes, mientras otro colectivo sindical anunció que estaba manteniendo una reunión de emergencia para decidir si se adhería o no a la incitativa.
“La brutalidad policial intenta despejar las calles de Estambul para dejar espacio al mitin de Erdogan”, dijo Oguz Kaan Salici, presidente del principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo. “Pero le saldrá mal la jugada. La gente se siente traicionada”, agregó.
Erdogan dijo a los manifestantes el jueves que paralizaría los planes de reformar el Parque Gezi a la espera de una resolución judicial. Fue una proclama más suave después de dos semanas en las que ha llamado “gentuza” a los manifestantes y ha asegurado que sus planes se llevaría adelante sin importar las protestas.
(Información adicional de Ayla Jean Yackley, Can Sezer, Asli Kandemir, Evrim Ergin en Istanbul, Jonathon Burch y Humeyra Pamuk en Ankara; Traducido por Jaime Giménez)