La tragedia del desplome del Jet Set ha dejado cicatrices profundas en las familias de las víctimas, con testimonios que reflejan la inmensa carga emocional que acompaña la pérdida.
Uno de esos relatos pertenece a un joven que, enfrentándose al devastador impacto de la tragedia, tuvo que identificar a su pariente fallecido.
En medio de la incertidumbre y la esperanza de encontrar señales de vida una joven identificada como Melanie compartió: «Pensé que estaba vivo».
Sus palabras son un eco de la desesperación que tantas familias enfrentan cuando la esperanza lucha contra la dura realidad.

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El proceso de reconocimiento fue un recordatorio brutal del alcance de la tragedia, transformando la incertidumbre en una certeza desgarradora.

Este relato no solo encapsula el dolor individual, sino que también destaca la vulnerabilidad humana frente a eventos inesperados, que comparten los cientos de personas que reclaman los cuerpos de sus parientes para poder darles cristiana sepultura.
De todas partes del mundo vinieron a la fiesta del Jet Set
De España, Italia, Estados Unidos, Haití, Turquía y Rusia, vinieron a presenciar la fiesta, que nunca pensaron serian sus últimos pasos de baile, al escuchar la «voz mas alta del merengue», Ruby Pérez, quien lamentablemente perdió la vida en la tragedia.

Rosa Matos cuenta al periódico Hoy Digital que sus hijas vinieron a la fiesta, a celebrar «los 20 años de una amiga de la escuela», celebración que narra tenia un «mal presentimiento».
Víctimas y parientes reciben atención psicológica
En medio del dolor y la confusión ocasionados por el desplome del Jet Set, las autoridades y organizaciones han puesto en marcha un equipo de profesionales especializados para ofrecer atención psicológica a las víctimas y a los familiares de los afectados.
Este apoyo resulta crucial en momentos de crisis, ya que ayuda a las personas a procesar el trauma, afrontar el duelo y encontrar herramientas para sobrellevar las emociones intensas que surgen tras una tragedia de esta magnitud, dijo la presidente del Colegio de Psicólogos, (CODOPSI) Yanis Mejía.
Los psicólogos han destacado que, en situaciones como estas, brindar un espacio seguro para expresar sentimientos es esencial para el bienestar mental y emocional de quienes han sido impactados. Hasta el momento han ofrecido asistencia a 150 personas.

Además, se han habilitado líneas de ayuda y sesiones grupales, donde familiares y sobrevivientes pueden compartir sus experiencias y recibir orientación profesional. Estas iniciativas buscan no solo atender las necesidades inmediatas, sino también prevenir posibles secuelas psicológicas a largo plazo.