Nueva York – Durante los últimos 17 meses, un pequeño ejército de hombres y mujeres armados con hisopos de nailon y bolsas plásticas recorrió las cerca de 470 estaciones que conforman la red de trenes subterráneos de Nueva York.Con paciencia y esmero frotaron barandas, torniquetes, asientos, manijas, postes y demás superficies con las que los pasajeros entran en contacto a diario.El objetivo de este equipo de investigadores del Weill Cornell Medical College, claro está, no era dejar las instalaciones relucientes: sino recoger muestras de ADN para identificar qué bacterias habitan en este sistema que transporta en promedio 5.5 millones de pasajeros por semana.¿Qué hallaron a lo largo de sus incursiones?Cientos de especies de bacterias -en su mayoría inocuas-, otras vinculadas a la peste bubónica, meningitis y tétano, y otras completamente desconocidas.Cerca de la mitad del ADN encontrado en las superficies no concuerda con el de ningún organismo conocido.La más extraña, dice Christopher Mason, genetista y coautor del estudio y director del proyecto PhatoMap, fue hallada en la estación South Ferry, que permanece cerrada desde que se inundó en octubre 2012, tras la llegada del huracán Sandy.”Hallamos bacterias que solo habían sido encontradas antes en la Antártica“, comenta.”Aunque ya había pasado un año de Sandy, (la estación) mantuvo el sello microbiano de un ambiente marino”, le explica a BBC Mundo Ebrahim Afshinnekoo, autor principal del estudio.Lo más probable es que, cuando se desbordó el Río Hudson, “estas bacterias asociadas al océano hayan quedado en las paredes, los pisos y los postes de la estación”, dice Afshinnekoo.”Es increíble que sigan allí a pesar de que haya pasado un año”.