Las autoridades colombianas informaron este lunes que la cifra de detenidos durante las protestas que se llevan a cabo en diversas regiones de ese país suramericano se elevó a 22 personas, en el marco de un Paro Nacional Agrario convocado por diversos sectores para exigir reivindicaciones sociales.
De acuerdo a la prensa local, el director de la Policía Nacional, Rodolfo Palomino, detalló que en el departamento de Boyacá (centro) se registró la detención de dos personas por presuntamente intentar bloquear la vía que conduce desde Bogotá a Tunja, unos 150 kilómetros al noreste de la capital colombiana.
Asimismo, precisó que en el departamento del Valle del Cauca (suroeste) fueron capturadas 20 personas que estarían supuestamente involucradas en la quema de un autobús.
Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Carrillo, aseguró durante una rueda de prensa que la situación en todo el país “está bajo control”.
La víspera, a través de un comunicado, Carrillo había manifestado su rechazo a “cualquier forma de violencia, vías de hecho o bloqueos” y amenazó con encarcelar a quienes impidan “el desarrollo pacífico de la movilización y atenten contra los derechos de todos los colombianos”.
El pasado sábado, Santos había reiterado que la fuerza pública actuaría “con total contundencia” contra quienes cierren las vías durante el paro agrario. Advirtió que serán judicializados quienes fomente la violación y los bloqueos durante la protesta.
Al menos siete sectores ligados a la agricultura habían anunciado un cese de actividades para este lunes, al cual se sumarían los transportistas de carga, maestros y trabajadores dedicados a la actividad minera.
De igual manera, a la jornada se unirían los cultivadores de café, cacao, algodón, papa, arroz y maíz. Además de los productores de lácteos, quienes piden apoyo estatal para mitigar la crisis social en el país suramericano.
Este tipo de estallidos sociales manifiestan la grave crisis social que atraviesa Colombia y las fuertes políticas represivas del Gobierno de Juan Manuel Santos, que en lugar de sentarse a la mesa de negociaciones, estigmatiza a los manifestantes relacionándolos con grupos armados.