LA HABANA. La Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral) de Cuba abordó hoy el matrimonio igualitario en el segundo de los tres días de sesiones para debatir el anteproyecto de una nueva Constitución que refleje la realidad económica, social y política en el país.
Los más de 600 diputados evaluaron al inicio de la sesión -televisada por la cadena estatal cubana y sin acceso a medios extranjeros- la unión de parejas sin discriminaciones de género, propuesta recogida en el artículo 68 del anteproyecto constitucional que permitiría sentar las bases para legalizar los matrimonios homosexuales.
“Con esta propuesta de regulación constitucional, Cuba se sitúa entre los países de vanguardia, en el reconocimiento y la garantía de los derechos humanos”, expresó la diputada Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro, una de las principales promotoras del reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTBI en la isla.
Otra diputada, Daicar Saladrigas del municipio de Camagüey (este de Cuba), propuso cambiar el término “libertad de palabra” que figura en el anteproyecto por “libertad de expresión” al considerar éste más amplio, acorde con la realidad actual y reconocido por organismos internacionales.
Los representantes de la comisión parlamentaria que elaboró el anteproyecto aceptaron la propuesta de la diputada, por lo que el cambio podría plasmarse en el documento final del ordenamiento supremo del país.
Los diputados comenzaron el sábado a debatir uno por uno los 224 artículos divididos en 11 títulos, 24 capítulos y 16 secciones de la próxima Carta Magna, cuyo texto provisional modifica 113 artículos, añade 87 y elimina 11 respecto a la actual Constitución de 1976.
En el anteproyecto a debate hay importantes cambios en el ámbito económico en relación al texto vigente, como la supresión el término “comunismo”, el reconocimiento de la propiedad privada y la promoción de la inversión extranjera
Esto apuntala las reformas aplicadas por Raúl Castro desde 2006, que legalizaron negocios al margen del Estado en ciertos sectores como la hostelería, el transporte y otros servicios, y a las que ha dado continuidad el presidente Miguel Díaz-Canel tras asumir el poder en abril de este año.
Más limitados son los cambios que la nueva Constitución impondrá en el ámbito político, donde se mantiene el “carácter socialista del sistema político y social” bajo el mando del Partido Comunista de Cuba (único legal) como “fuerza dirigente superior”.
Existen, sin embargo, algunas modificaciones estructurales como la institución de la figura del presidente de la República, que deberá asumir el cargo con menos de 60 años de edad y limitar su mandato a un máximo de una década, así como el nuevo puesto de primer ministro para liderar el Consejo de Ministros, máximo órgano ejecutivo del Estado.
Los diputados de la Asamblea Nacional aprobarán previsiblemente el lunes el anteproyecto, aunque éste aún deberá someterse a una consulta popular y por último a un referendo en el que los ciudadanos autoricen la puesta en vigor de la nueva Constitución cubana.
Se espera que en la sesión final de mañana intervenga Raúl Castro de 87 años, que en abril dejó la Presidencia en manos de Díaz Canel (58), el primer jefe de Estado de Cuba nacido después de la Revolución de 1959.