VATICANO. El papa Francisco citó este lunes entre los deberes que les corresponden a los inmigrantes que son acogidos por un país “la conformación indispensable a las normas” del Estado que los admite, y de respetar la identidad de los ciudadanos del mismo.
Durante un discurso ante 183 embajadores acreditados en la Santa Sede, Francisco sostuvo también que las naciones que acogen a los inmigrantes están llamada a promover el desarrollo humano integral.
“Deberes recíproco. De hecho, quien acoge está llamado a promover el desarrollo humano integral, mientras que al que es acogido se le pide la conformación indispensable a las normas del país que lo recibe, así como el respeto a los principios de identidad del mismo”, dijo el pontífice.
Expuso que todo proceso de integración debe mantener siempre como aspecto central de la regulación de los diversos aspectos de la vida política y social, la protección y la promoción de las personas, especialmente de aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Aclaró, sin embargo, que “la Santa Sede no tiene la intención de interferir en las decisiones que corresponden a los Estados, que a la luz de sus respectivas situaciones políticas, sociales y económicas, así como de sus propias capacidades y posibilidades de recepción e integración, tienen la responsabilidad principal de la acogida”.
Explicó que cree que se “debe desempeñar un papel de “llamada” del principio de humanidad y de fraternidad que son fundamento de toda sociedad cohesionada y armónica”.
Agregó que en esa perspectiva no se puede olvidar la interacción con las comunidades religiosas, tanto a nivel institucional como asociativo, que pueden desempeñar un papel valioso en el refuerzo de la asistencia y la protección, la mediación social y cultural, la pacificación y la integración.
“Uno de los derechos humanos sobre el que me gustaría hoy llamar la atención es el derecho a la libertad del pensamiento, de conciencia y de religión, que incluye la libertad de cambiar de religión”, indicó.