Luego que el Padre nos trae a los pies de Cristo hay un enemigo que empieza a tejer perversidades para tratar de abortar el plan que Dios ha trazado desde antes de la fundación del mundo para nuestras vidas. De ahí, que se hace muy difícil, pero no imposible,el transitar hacia las mansiones celestiales y la vida eterna.
Dios tiene sus profetas y mensajeros que asumen con responsabilidad el desempeño en el ministerio para ayudar a los más débiles del camino, y esto constituye una herramienta poderosa que se convierte en consuelo del alma en silicio que espera, como Simeón, un bálsamo sanador en la consolación de Israel y el mundo, nuestro Señor Jesucristo.
No importa la magnitud de la angustia, dolor o sufrimiento que nos enfrentemos, o el tamaño de una persecución o la decisión que no nos favorece, lo que cuenta es “Que el mensaje del Señor, que te llamó de las tinieblas a su Luz Admirable, no está encadenado”, y es lo suficientemente poderoroso para derrotar esa estructura que se piensa imbatible, y que proclama toda clase de “mal contra nosotros mintiendo”.
Los hijos de Dios se forman en medio de persecución feróz, en pruebas, dificultades, en tristezas y alegrías, dejando “el barro en las manos del alfarero’, en medio de un horno calentado siete veces, caminando la milla extra con quienes intentan dañarnos, porque Dios es el que pelea por nosotros, no tenemos que defendernos. Cuando el salmista pasaba por tribulación, decía: “Aflicción y angustia se han apoderado de mí, Mas tus mandamientos fueron mi delicia”. Salmo 119:143.
Aunque vemos al Apóstol Pablo en mucho sufrimiento cuando ejercía su ministerio, en la cárcel, encadenado, como si fuera un criminal, abofeteado, golpeado, malatratado, el proclamá “El Mensaje de Dios no está encadenado”. Él se hizo fuerte en la batalla, sacó fuerza de su debilidad, en otras palabras, cuando fué débil, entonces fué fuerte!!!!! Aleluya!!! Gloria a Dios!!!!
En la biblia versión Reina-Valera, el versículo de 2Timoteo 2:9, lee así “En el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa.”
El mensaje que desde esta tribuna del Evangelio anuncio, sea cual sea el padecimiento que te atormenta, es éste: “La Palabra de Dios no está presa”. Y hará la obra para la cual Dios la envía a tu vida y a los tuyos en ésta hora”. En el nombre de Jesús. Amén.
Leví Adora
Pastor Antonio Regalado